
Hace más de tres meses que el merendero del Club Independiente está en pleno funcionamiento.
“Fue una iniciativa de todos los exjugadores del Club Atlético de Independiente donde yo jugaba”, contó a PRIMERA EDICIÓN el actual tesorero del Club, Carlos Cáceres.
“Nos habíamos juntado para refundarlo y pensamos reinsertarnos como Club de una manera que ayude a la sociedad”, contó.
Así fue como empezaron a juntarse con fines benéficos: “Hicimos varios partidos solidarios con todas las estrellas del fútbol misionero de años anteriores para recaudar fondos”.
Sin embargo, Carlos quería hacer algo más: “Yo tenía ganas de montar un merendero en mi barrio Luz y Fuerza porque con la pandemia notaba que cada vez había más gente que necesitaba ayuda para cubrir sus necesidades básicas”, contó.
Por ello, decidió proponerles esta idea a sus amigos y ex-colegas y hace casi cuatro meses que trabajan de lunes a viernes para que todos los niños del barrio puedan tener su merienda.
“Nos movilizó la idea de aportar algo a la sociedad y de paso reconfortarnos a nosotros espiritualmente como Club”, destacó.
De lunes a viernes
El merendero, que abre sus puertas de lunes a viernes a partir de las 17 horas, funciona en el garage de la casa de Carlos y recibe a un promedio de 14 chicos por día.
Es una actividad de la que no sólo participa el Club, sino también su familia, ya que son los que lo ayudan a preparar las meriendas.
En cuanto a los insumos “una vez por semana, la gente del Club me envían los insumos para que podamos concretar el merendero. Los viernes suelo comunicarme para avisar qué hace falta y ellos vienen y me acercan los ingredientes para la semana”, explicó.
Igualmente “hay ciertos alimentos que voy comprando yo si veo que falta, como el pan de cada día, o si llega a faltar mermelada o dulce de leche… A parte de la mano de obra hay un dinero que se aporta pero se hace realmente con muchas ganas”, señaló.
Se hizo esperar
En el contexto socioeconómico tan difícil como el que atravesamos, en el que muchas iniciativas de comedores fracasaron en su intento por colaborar con la sociedad, el merendero del Club pudo mantenerse en pie y esperan que puedan seguir hasta que ningún niño del barrio Luz y Fuerza necesite de su ayuda.
“Pospusimos la inauguración hasta estar seguros de que íbamos a tener todos los insumos, justamente para que no nos ocurra lo que le pasó a muchos que fue quedarse sin alimentos en poco tiempo”, contó y agregó que “una vez que arrancás no podés decirle a los chicos que la semana que viene vas a cerrar porque te quedaste sin comida”.
Y afortunadamente, hasta ahora “cada uno puede aportar lo suyo para que el merendero siga. La idea es continuar el tiempo que se pueda… Lo ideal sería que los chicos puedan merendar en su casa y no en la mía, pero actualmente está difícil así que la idea es seguir”, destacó.
La vuelta al colegio
Finalmente, Carlos también contó que, en caso de volver a las clases presenciales, están evaluando modificar el horario para que los chicos que vayan a la escuela por la tarde, también puedan asistir al merendero. Sin embargo, el horario hasta ahora sigue manteniéndose a las 17 horas.