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Se vivieron momentos de tensión ayer cuando el personal de Gendarmería y la Policía de Misiones llegó hasta inmediaciones del Ministerio de Salud Pública con intenciones de despejar el corte que un grupo de trabajadores de ese organismo realiza en las intersecciones de la avenida Junín y Tucumán de esta ciudad.
En ese lugar, el acampe en reclamo de mejoras salariales cumplió ayer su día número 28 y temieron ser expulsados del lugar sin conseguir su objetivo. Finalmente llegaron a un acuerdo con las fuerzas de seguridad de liberar el tránsito sobre la Junín pero sólo cuando devuelvan los baños químicos y aseguren la protección de los manifestantes.
En comunicación con PRIMERA EDICIÓN el referente de estos autoconvocados, Juan Carlos Benítez, contó que primero “empezaron con quitar los baños químicos y luego llegó la Municipalidad con inspección al lugar y también llegó la orden de desalojo del juez Cardozo a través del secretario Juan Pablo Trejo que exige el desalojo de las calles. Sin embargo, la gente no se quiere ir”.
Agregó que “todo el personal de la Policía llegó preparado para quitarnos a la fuerza. Entre los compañeros dijimos que tendrán que sacarnos arrastrados, porque no nos vamos a mover”.
Benítez señaló que en este acampe “somos personal de toda la provincia, que nunca dejó su puesto de trabajo. Estamos yendo y viniendo. La huelga de hambre tuvo a cinco personas de manera intermitente. Uno de ellos estuvo casi 10 días pero luego lo levantó para volver a su puesto de trabajo. La mesa de diálogo se quedó trabada luego de pedir 40 mil pesos al básico”.