
Los nombres y apellidos “Diego Gastón Guarda”, sonaron con fuerza el mismo martes 29 de septiembre cuando se inició el debate en el Tribunal Penal 2 de esta capital. Fue Gabriel Cristóbal Leal, el acusado de matar a puñaladas a Pablo Antonio Fraire (28) en noviembre de 2002 quien pidió declarar y pidió expresamente que se lo investigue al oficial de la Policía provincial que intervino en la pesquisa que, finalmente, lo sentó en el banquillo de acusados.
Solicitado por la defensa, fue el último testigo de la ronda de declaraciones, para un debate que ingresó en cuarto intermedio ayer hasta el viernes 16 de octubre, jornada de alegatos y sentencia.
Guarda en 2002 era un joven oficial que investigaba para la comisaría Segunda de Posadas. Detalló cómo se inició la pesquisa por el homicidio del lunes 25 de noviembre hace casi 18 años en calle Francia casi avenida Tomás Guido: “El cuerpo estaba en un barrial, tirado boca abajo y todo ensangrentado, parecía un perro. Lo recuerdo muy bien porque fue el primer homicidio que me tocó investigar“.
“Tenía un personal a cargo, un suboficial (…) No había una unidad especial de investigación en esa época, todo se regía por la división Investigaciones. Cada comisaría tenía su minibrigada, en esa época había sólo siete seccionales (hoy son veinte) empezamos a aunar datos y en ese momento era (José Luis) Rey el juez de la causa”, continuó.
“Se empezó a trabajar y a hablar de la sospecha de Gabriel Leal y Poli Castel, como sospechosos. Pero abogados del foro local comenzaron con el ardid de decir que el muerto utilizaba como medio de satisfacción a prostitutas. Salieron en casi todos los medios a decir eso los abogados Ricardo “Rulo” Rodríguez y Tomás Andino”.
“Lo chequeamos igual y se levantaron a todas las prostitutas de Posadas y a seis cafichos. Fácilmente 70 prostitutas fueron buscadas y una por una fueron entrevistadas hasta aclarar que este caso no tenía nada que ver con eso”.
Resumió las presuntas andanzas de los sospechosos: “La información que se juntaba era cada vez más fuerte y apuntaba a Leal y Castel, quienes habitualmente entraban a viviendas a robar, especialmente muebles o electrónica, objetos del hogar, y los revendían. Eran consumidores (de drogas)”.
“Llegamos al barrio de Leal, Guazupí y todos lo conocían a él y su familia, sus padres, pero nadie quería hablar de manera judicial (declarar) porque le tenían miedo. No querían tener problemas por el modus operandi de ellos en el barrio (…) Pero hubo personas que tuvieron coraje y hablaron, José Luis Chiachio y Alejandro Marchak”.
“Chiachio nos confirmó que tenía una camioneta Ford F-100 y que ellos utilizaban su servicio como flete para trasladar cosas robadas y llevarlas a cuevas para esconderlas. Una de ellas era la de Quique Dujaut, quien confirma esto y aparece el tercer sospechoso, Axel Alvarenga Aranda”, siguió.
Guarda también relató un episodio en el que involucró como protagonista al hoy abogado de Gabriel Leal: “Recuerdo que Poli Castel se presenta espontáneamente con su abogado Andino en el juzgado de Rey y nosotros nos pusimos contentos porque se iban a tomar las medidas precautorias, se le iba a tomar el ADN y hasta que no estuviera el resultado preventivamente iba a quedar detenido“.
“Tenían mucha información que lo ponían como sospechoso del crimen. ¿Pero qué pasó? 9 de la mañana ingresó al juzgado (de calle Santa Fe y Rivadavia) y a 1.30 salió en libertad. Quedamos destrozados por todo el esfuerzo que pusimos y porque el doctor no nos consultó si registraba pedido de detención. Como teníamos abierto el pedido de detención por un robo, esperamos que salga de la revisación del forense y lo detuvimos y llevamos a la Segunda para ganar tiempo”.
Situación similar habría atravesado pocos días después: “Supimos que Gaby Leal había sido detenido en la comisaría Primera por un robo calificado. Inmediatamente fuimos al juez Rey a decírselo y si había posibilidad de hacerlo comparecer y extraer el ADN. Pero el juez nos dijo, lo recuerdo muy bien, “esa causa es saco de otro costal (Sic)”.
De estos ejemplos amplió luego: “Cuando lo recusan al juez por inacción la causa va al juzgado (de Instrucción 3) de Eduardo D’Orsaneo, donde se conforma un gran equipo de trabajo, con el secretario Fernando Castelli, no había jerarquía ahí y cada información se chequeaba al cien por ciento. La causa giró 180 grados, se lograron testimonios y el primer resultado de ADN del doctor Penacino. Se solicita la muestra a la madre de los sospechosos Blanca Cequeira y dio un porcentaje de ADN muy alto”.
En cuanto a cómo sospecharon que Castel viajó a España, explicó: “Comprobamos que Gabriel Leal depositaba dinero en Western Union y la madre lo retiraba en el Correo Argentino acá en Posadas. Con esa información, más toda la elaborada en la base de datos, el doctor D’Orsaneo pide la detención internacional de Gaby Leal. También la de Poli que estaba en Buenos Aires. Y Axel fue detenido aquí en el centro de Posadas”.
Fue duro en varios tramos al describir al encartado: “Sabíamos el ardid completo de la familia Leal, era un submundo donde nadie decía ‘voy a agarrar una pala’, nadie trabajaba honestamente, todo era jerga de delincuencia”.
La polémica coartada de “Gaby”
Carlos Tomás Andino, también fue nombrado por Leal el primer día de debate. Ayer se presentó para intentar sostener la coartada que el acusado enfatizó: “La noche del crimen yo estaba en la casa del abogado Tomás Andino de calle Honduras, a las 20.30”.
Ayer el letrado dijo: “Era un día lluvioso, muy feo, me llamó el papá de Gabriel (Leal). ‘Necesita hablar con vos’, me dijo porque lo estaban persiguiendo (…) Lo fui a buscar a la dirección que me dieron de Tomás Guido pasando Quaranta (a seis cuadras del escenario del crimen), como mi auto era bajo, un Volkswagen Gol GTI, y había mucho barro le toqué bocina para que salga de la casa. Se subió al auto y hablamos. Duró desde las 20.05 hasta las 20.15 el encuentro, capaz hasta las 20.30. Después de esa charla presenté un pedido de exención de prisión en el Juzgado de Instrucción 2 de José Luis Rey”.
Andino también resaltó: “El hostigamiento era constante de la brigada de investigaciones de la Policía. Lo buscaban por un robo y ya habían ido a la casa del hermano a preguntar dónde estaba”.
En cuanto a su estrecha relación con los acusados, manifestó: “A Poli Castel lo defendí en esta causa al principio y después se puso todo muy tedioso y no pude seguir con la defensa”.
El cierre de la etapa de testimoniales en el debate ante los jueces Gregorio Busse, Juan Manuel Monte y Miguel Ángel Faría, correspondió al pedido de Leal por volver a declarar. “Soy inocente, duermo tranquilo y esta causa está armada por la brigada de investigaciones, por la policía (…) Nunca estuve prófugo, estaba en España, me fui con pasaporte y cédula de la Policía Federal porque no tenía antecedentes. Me fui por Ezeiza”.