La terminal de Apóstoles se encuentra sin movimiento de colectivos en los últimos tiempos, más exactamente desde marzo cuando se restringieron los viajes de media y larga distancia. Y, como en muchos casos, los comercios del lugar debieron reinventarse y buscar la forma de seguir trabajando, de llamar la atención de clientes, incluso cambiando de rubros.
A diferencia de otras localidades, hay tres negocios que prácticamente se mantienen de alguna manera, hay una boletería que tiene un “RapiPago” que funciona en ese lugar y tiene un intenso movimiento, incluso extensas filas en algún momentos de la cuarentena para pagos de los diferentes servicios.
Por otra parte, está la sucursal de “Vía Cargo”, la empresa de transporte que tiene mucho movimiento ya que los envíos desde otras provincias y hacia la provincia se intensificaron durante esta etapa de restricciones.
Los propietarios de las demás boleterías se las ingenian, hasta la venta de plantas o plantines para generar ingresos al no tener actividad. El único quiosco que funcionaba con venta de comestibles, debió cerrar y uno con venta de celulares y accesorios sufrió el mismo final.
La terminal de ómnibus, donde se observaba un intenso movimiento todos los días hasta las 3 de la madrugada, cuando se veía el último colectivo que se dirigía a la zona centro de la provincia y los primeros que llegaban o salían a las 5 de la mañana, quedó prácticamente desértica, incluso los niños utilizan el espacio para andar en bicicleta y pasar el tiempo.
Germán Zumpano, propietario de la sucursal de Vía Bariloche y el maxikiosko en diálogo con PRIMERA EDICIÓN contó que “la verdad es una desolación la terminal por la noche, es todo raro y nos tocó hondo sin tener venta de pasajes y los colectivos en el lugar”.
“Es un antes y un después, porque de algún modo nos fuimos acostumbrando o acomodando para mantenernos, pero no es fácil y ojalá puedan volver los colectivos lo antes posible”, agregó.
“Nosotros estamos vendiendo pasajes para diciembre, pero no hay demanda, a pesar de esto estamos entusiasmados para que se reactive de alguna forma”, comentó quien tiene hace años el comercio familiar en la terminal.
Añadió también que “en cuanto al maxikiosco, intentamos mantenerlo un tiempo, pero no se pudo, porque la gente tiene la imagen de la terminal con el movimiento de colectivos. Intentamos con ventas de yerbas por Internet o algún tipo de producto de la región, pero el local está cerrado”, aclaró
En el rubro encomiendas específicamente señaló: “Si no fuera por las encomiendas yo debería cerrar todo, pero por suerte en este rubro aumentó la demanda. Esto creció gracias a que muchos locales de ventas de ropa de la zona eligen que les envíen los productos por Vía Cargo”, dijo.
Además explicó que “la terminal de Apóstoles no está concesionada, si son alquilados al municipio, pero es mucho mejor porque hay una buena relación y nos bonificaron para abrir los locales. Además, estamos a tres cuadras del centro, entonces no estamos tan alejados a diferencia de otras localidades, todo esto, también creo, que nos beneficia”.
En cuanto a los otros locales, el RapiPago funciona a pleno, Crucero del Norte decidió irse a un local de su propietario y Singer, ahora empezó a reabrir y vende plantines también. Pero en general es triste ver a la terminal así, todos vivimos de la venta de pasajes”, dijo Zumpano.
Mientras tanto, en estos momentos de cierre, por la pandemia, en la terminal, en el sector de andenes y patio se realizan trabajos de mejoramiento y arreglos, pensando en ponerla en condiciones para cuando sea el momento de la reactivación de los servicios.
Una buena
La ventaja es que la terminal no está concesionada, según explicaron los empresarios, tratan directamente con la Comuna, desde donde fueron comprensivos con la situación e incluso los ayudan.
7
meses se cumplirán en unos días desde el cierre de todas las actividades de transporte y con ellas también la caída de muchos comercios que operaban en la terminal.