Como parte de las acciones de lucha contra el abuso sexual, la Asociación Civil Adultxs por los Derechos de la Infancia organizó una red a nivel nacional para romper el silencio que rodea a los casos e instalar un debate en la sociedad. Entre las principales preocupaciones se encuentran el bajo número de abusadores que realmente llegan a ser juzgados por sus delitos y el rol de las instituciones que muchas veces terminan siendo cómplices de más abusos.
Como parte de la Asociación y una sobreviviente de abuso sexual, además de protectora de una niña abusada, Silvia Piceda, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “el peor cómplice que tiene este delito es el silencio, que favorece a los agresores. El silencio social alrededor de los abusos lo que hace es permitir que los abusadores sigan abusando. En ello hay que escuchar y tener una empatía hacia el sobreviviente”.
En cuanto a la actualidad en materia de los casos, remarcó que “el abuso sexual es un desastre en todo el país. En esta sociedad habitualmente nos olvidamos de los delitos que incurren en la infancia y todavía falta mucho por hacer para defender a los niños y niña de hoy. Uno de estos caminos es escuchar a los adultos que ahora nos pueden decir que sufrieron abusos”.
Abusadores en la familia
Piceda apuntó que “a nivel intrafamiliar es importante tomar medidas. Lo que ha pasado con compañeros es que al hablar de nuestros abusos dentro de nuestras casas, las familias eligieron no creernos o no tomar ninguna medida. Eso hace que el sobreviviente adulto sea de alguna manera expulsado de la familia. Ese tío, padre, padrastro o abuelo, muchas veces lo siguen invitando a compartir en las fiestas y no se habla más del tema”.
A nivel estadístico, compartió que en todo el mundo “el 20% de la población sufrió o está sufriendo abuso sexual antes de cumplir los 18 años. De cada 10 personas, dos fueron abusadas y el 50% es un abuso incestuoso. El drama de la infancia es un daño provocado por aquellos que debían cuidarlos. La mayoría hemos sido abusados por personas que nos conocían y los queríamos, ya sean dentro de los hogares o en espacios amigables como los clubes o escuelas. En este sentido, si no hacemos nada perpetuamos que estas situaciones continúen”.
Al conocer cada vez más historias de sobrevivientes han notado que “lo primero que le dicen a una persona que denuncia un abuso intrafamiliar es que rompió a la paz familiar. En verdad cuando un sobreviviente habla nos da una oportunidad de generar una reparación y prevenir otros abusos dentro de la casa”, añadió.
La importancia de la palabra
Sobre la cantidad de personas que cada vez se animan a hablar de los abusos que sufrieron en su infancia o que les toca de cerca, Piceda agregó que “la sociedad tiene una negación con los dolores de la infancia y molesta una persona que los recuerde. El tema está en que esto sigue garantizando que los agresores estén sueltos y sigan agrediendo niños. Las verdaderas víctimas de esto cargan con la culpa, los síntomas y el dolor. Como sociedad adulta tenemos una obligación de hablar del tema y de defender a los niños de hoy”.
Asimismo, señaló que “cuanto más hablamos del tema, para que otro compañero se encuentre con que hay otro al que le pasó lo mismo y tenga ganas de contarlo, sentimos que cada vez sanamos más. Hubo décadas de silencio, de guardarlo dentro nuestro como si fuera un delito cuando en realidad no fuimos más que víctimas”.
El delito más impune
Silvia Piceda remarcó que una de las principales preocupaciones están centradas en el acceso a la justicia: “Se considera que el abuso sexual es el delito más impune de la tierra porque en realidad llegan muy pocos a condena. Encontrar justicia es un paso enorme de sanación pero aún queda una enorme deuda por cumplir en cuanto a las condenas. De la cantidad de personas que son víctimas de abuso ¿cuántas llegan a ser condenadas? Ojalá sucediera que todos fueran llevados ante la Justicia”.
Entre las instituciones señaladas como cómplices de los casos de abuso, afirmó que “desde la Iglesia católica se encargaron de tapar abusadores y cambiarlos de lugar para multiplicar así los abusos. Eso demuestra lo que sucede a nivel social, porque una persona agresora sexual continuará abusando”.
Cada vez más personas se animan a hablar de su caso y denunciar
Como iniciativa en el país, aseguró que “no hay día en el año en que no tengamos contacto con nuevos sobrevivientes que se animan a hablar. De la misma manera hay grupos que se conformaron de la misma manera de la Asociación en muchísimos lugares del país. Eso nos da esperanza porque los adultos cada vez más nos animamos a hablar para parar con el abuso”.
La Asociación Civil Adultxs por los Derechos de la Infancia “nace en el año 2012, con dos objetivos fundamentales: uno es la visibilización del delito de abuso sexual, salir con testimonios en primera persona a todos los ámbitos donde nos invitan para hablar de la protección de los niños en el presente; la otra pata fundamental es el grupo de ayuda de pares, donde nos reunimos todos los sábados del año los sobrevivientes del delito de abuso y los adultos protectores de niños víctimas”, precisó Silvia Piceda.
Transformar el dolor en una acción
La Asociación Civil Adultxs por los Derechos de la Infancia nació de la mano de Sebastián Cuattromo y Silvia Piceda, ambos son sobrevivientes de abuso sexual en la infancia. Tras años de silencio pudieron hablar del tema, denunciar y proteger a más niños y niñas de los agresores de quienes fueron víctimas.
Hoy en día se han unido y conformado esta red para sostener una denuncia permanente en lo social y evitar que las instituciones sean cómplices de abusadores.
En cuanto a sus historias, compartieron con PRIMERA EDICIÓN que Sebastián Cuattromo es sobreviviente de abuso sexual en la infancia desde lo eclesiástico. A los 13 años el abuso fue perpetrado por un hermano marianista de la escuela donde era alumno. Por su parte, Silvia Piceda es sobreviviente de un abuso intrafamiliar por un primo y un compañero de trabajo de su padre, además se convirtió luego en defensora desde lo judicial de su hija, quien denunció a su progenitor abusador.
Como Asociación Civil iniciaron además un petitorio en la página Change.org, que actualmente lleva cientos de adhesiones, para fomentar a los medios de comunicación del país a tomar una actitud responsable en relación a los condenados por abuso sexual infantil en el país. Esto surgió luego de un reportaje a un reconocido diario nacional donde además utilizaron una frase de una personalidad mediática del mundo deportivo.
Sobre este tema, Silvia Piceda señaló que “una figura como Héctor Bambino Veira sale de la cárcel y se transforma en una persona mediática y con éxito, con total impunidad. En esto decimos que es necesario dejar de ser cómplices de abusadores condenados porque si alguien habló de esa persona adulta que se comportó como agresor no puede seguir siendo invitado en espacios públicos, tal como sucede en los casos que se denuncia a un familiar”.