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Se aproxima la temporada de verano y los guardavidas de todo el país se preparan, como todos los años, para volver a desempeñar sus tareas en playas y piletas, aunque en esta ocasión tendrán modificaciones en su protocolo por la pandemia de COVID-19 que, principalmente, busca restringir el contacto con las personas que deban ser rescatadas del agua.
En Misiones, la Dirección General de Seguridad Acuática se encuentra adaptando el protocolo enviado por la Nación a la realidad local y en los próximos días lo presentará a las autoridades provinciales para su evaluación.
El último miércoles se habilitó el trámite para que los guardavidas de la provincia puedan presentar toda la documentación y cumplir de manera excepcional con la reválida sin rendir el examen, tras la decisión del Ministerio de Gobierno de extender la validez de la misma para este verano, atendiendo las condiciones sanitarias actuales.
El titular de la Dirección General de Seguridad Acuática Misiones, Franco Bacigalupi, señaló a PRIMERA EDICIÓN que “una vez que presentan toda la documentación se les hace la prórroga o extensión de la reválida por el plazo de un año”.
“De esta manera nos evitamos evaluarlos en este contexto de pandemia que estamos viviendo porque somos 150 guardavidas y es complejo meterlos en una pileta con todas las medidas de seguridad. Así evitamos algún posible contagio, no nos podemos arriesgar a eso”, justificó.
Las altas temperaturas que ya se registran en la provincia ponen en foco al verano, que cada vez está más cerca y con las flexibilizaciones progresivas que se van realizando no es descabellado pensar en la habilitación de los balnearios y playas todavía en este contexto de COVID-19.
Allí la participación de los guardavidas es fundamental y la Dirección General de Seguridad Acuática, en los municipios adheridos a la Ley Provincial de Seguridad Acuática, es clave. Es por ello que Bacigalupi explicó que se encuentran trabajando en “un protocolo para el desempeño de los guardavidas en el verano”.
“Recibimos el de Nación y a partir de allí lo estamos adaptando a la realidad de nuestras playas y piletas, lo cual no cambia mucho en lo que es el accionar, por ahí el cuidado o los elementos que ocupan, como barbijos especiales que hoy están destinados a los trabajadores de la salud. También piden el uso de un mameluco, pero la opción será el uso de remeras mangas largas”, explicó.
El funcionario agregó que “estamos armando un protocolo para presentarlo a Salud Pública de la Provincia, que será uno base y cada municipio, si lo considera pertinente, le agregará o quitará cosas”.
Escenario complejo
Bacigalupi remarcó que “hay protocolos para primeros auxilios y RCP que son específicos. Hoy estamos hablando de que RCP se hará solamente con las manos, no habrá más el boca a boca y si lo hicieran será con elementos y válvulas especiales, los cuales evitan que el guardavidas tome contacto con la boca de la persona, pero obviamente tienen sus costos y a veces no resulta sencillo conseguirlos”.
Para el profesor de educación física, vinculado a la práctica y enseñanza de actividades acuáticas al igual que toda su familia, “siempre se trabaja en la prevención, adelantarse para que no pase el accidente, que es hoy el trabajo más fuerte de los guardavidas. Para eso vamos a tener que estar constantemente por altavoz o por algún medio avisando a la gente, si se habilita el ingreso al agua, que también eso se está viendo, porque de lo contrario haremos un protocolo sólo para tierra donde podrán estar separados todos por una equis distancia o por parcelas”.
“¿Pero cómo hacemos en el agua para que mantengan el distanciamiento?”, se preguntó Bacigalupi. “En las piletas no hay problemas porque hasta ahora tenemos comprobado que el cloro mata al coronavirus, el tema es en el río”.
“¿Cómo les explicamos a los chicos que no puede jugar en la arena con otro chico? La gente tendrá que ser tolerante y entender que estamos viviendo una situación a la que tenemos que adaptarnos. No queremos prohibir, pero si no nos ayuda la gente será imposible, esa es la realidad”, advirtió.
Cuestiones de rescate
Ante una víctima consciente en una playa, el guardavida llegará, mantendrá la distancia, le entregará los elementos, verá de qué lado viene el viento, controlará a la víctima y la llevará a la costa con los elementos de flotación hasta el sector que estará demarcado y donde habrá otros dos guardavidas preparados y vestidos para atender a esa persona.
El guardavidas que realizó el salvataje quedará a un costado, se le hará la desinfección y se averiguará si esa persona tuvo contacto con alguien con coronavirus y si fuera positivo, el personal que está allí trabajando entraría en cuarentena. En el caso de una víctima inconsciente, sí habrá contacto para poder abordarlo y se tomarán todas las medidas ante el COVID-19