Seguramente habrás escuchado esta frase más de una vez. Este refrán se emplea para hacer referencia a situaciones que presentan aspectos positivos y negativos de forma alterna. Hasta aquí todos estamos de acuerdo, lo que suele seguir, es el debate sobre cual es el aspecto positivo y cual el negativo.
Podemos enredarnos horas pensando y debatiendo, que la cal es la mala porque es un poco más peligrosa a la salud o que la arena es la buena por ser más inofensiva, o que la arena es la mala porque sola no sirve para mantener nada, hay opiniones para todos los gustos, un buen tópico para la mesa del domingo.
Esto refleja un poco lo que pasa en el cotidiano cuando, ante cualquier situación que se nos presenta, lo primero que hacemos es juzgar, etiquetar, catalogar, bueno-malo, lindo-feo, mejor-peor, conviene-no conviene, femenino-masculino, invierno-verano.
Los opuestos son construcciones mentales, cada uno de los polos de un par de opuestos implica la presencia del otro. El problema de la lucha entre los pares de opuestos surge de nuestra manera de percibirlos.
Cuando evaluamos el mundo en modo “opuestos”, automáticamente estamos excluyendo uno para aceptar el otro y eso genera conflictos.
Ahora bien, lo genial de esta frase, es el final, casi desconocido y que, sin embargo da sentido a la misma: “Una de cal y una de arena, sólo la mezcla es buena”.
¡Es así! La frase expresa la necesidad de estas inevitables alternancias que nos depara la vida: lo adverso y lo propicio, las satisfacciones y las penurias, en este mundo dual.
Es necesario que nos ubiquemos un plano diferente a aquel donde se originan los opuestos -el ego- para poder cambiar la percepción de los mismos como fuente de lucha y por lo tanto de conflicto. Soltemos el juicio que está implicado en las emociones, aceptemos y evolucionemos.
Para construir es necesaria tanto la cal como la arena, para crecer es tan necesario el amor como el dolor aprendizaje, para que una empresa crezca es necesario el empleador y los trabajadores, el trabajo en equipo, pensar y sentir juntos.
La energía universal se expresa en dos aspectos complementarios, de la unidad primordial surge la dualidad: lo activo y lo pasivo son dos fuerzas que se buscan, se atraen, procurando el eterno equilibrio.
Animémonos a transitar las diferencias sin juzgarlas, simplemente tomando el aporte de la mirada diferente para crecer y ser mejores.
Nos enseña Ferrucci: “Las células se unen para formar un organismo, las letras para formar una palabra, las notas musicales para formar una melodía y así pasa con todo…”.