Pensamientos que vienen del ego en forma de comparaciones, juicios de valor poco constructivos, críticas y sobre todo las quejas son formas de expresarnos que deterioran mucho nuestra energía, afectan nuestro campo vibracional general y generan fugas, son sobre todo “ladrones” de nuestra energía vital.
Debemos prestar mucha atención a estas formas de manifestar y de expresar nuestras intenciones pues, al pasar de la energía en forma de “pensamientos” a “palabra” o “verbos” le damos poder. ¿Poder de qué? Poder de manifestación, potenciamos la capacidad de materialización de esa información/intensión, entonces, debemos ser cuidadosas/os y conscientes de qué queremos lograr o qué queremos transmitir con lo que estamos por decir.
Elevamos nuestra energía eligiendo de manera consciente aquello que ingerimos, ejercitando una mirada contemplativa, paciente hacia a la vida, una óptica positiva, activando la gratitud a primera hora del día más allá de las circunstancias, pues nada simplemente “nos toca”, absolutamente todo lo que estamos atravesando tiene que ver con nosotros, con nuestra información y con nuestros programas, con aquello que necesitamos atravesar para expandir nuestras capacidades y nuestra consciencia individual-social.
Elijamos tomar actitudes resolutivas, de no-queja, ya que al quejarnos alimentamos energéticamente esa situación. La queja drena nuestra energía. Canalicemos fuerza y avancemos poniendo en marcha nuestro potencial, enviemos al campo mensajes y afirmaciones en positivo.
Somos co-creadores con el campo, esto quiere decir que tenemos el poder de moldear la energía del presente, de lo que está aconteciendo, de lo que sucede en este momento en nuestras vidas. Usemos nuestro poder para crear, que nuestras palabras sean expansoras de posibilidad, que generen amplitud en el campo para traer hacia nosotras aquello que deseamos, aquello que anhelamos y aquello que nos causa satisfacción y bienestar, para atraer todo aquello que nos causa disfrute.
Es importante tener decisión y hacer una selección consciente a la hora de comunicar una idea. “¿Qué quiero transmitir?”, ”¿cómo lo quiero transmitir?” “¿qué quiero lograr con este diálogo o comunicación?”. Son algunas de las preguntas claves para una comunicación asertiva.
*Consejos: que nuestro lenguaje refleje creación, que nuestras palabras sean creativas. Dejar en el plano del pensamiento aquello de más baja vibración. Trabajarlo usando la comunicación no-violenta.