Las escuchas telefónicas de la Justicia Federal fueron claves para capturar a un exconvicto que era investigado por narcotráfico. En dichos audios se identificó al acusado quejándose por la calidad de la cocaína.
Se trata de Mario Anzuategui, de 48 años, quien en 2003 fue noticia tras ser detenido por el crimen de una pareja de cuidadores en Candelaria.
Luego fue condenado a 15 años de prisión por esos asesinatos (junto a otros dos cómplices y un tercero que cumplió un rol menor en el hecho) y salió de la cárcel con el beneficio de la condicional en 2013.
Tras ser arrestado en 2018 por las sospechas que recaían sobre él por la venta de drogas, finalmente acordó en un juicio abreviado una pena de 2 años de prisión efectiva por el delito de “tenencia simple de estupefacientes”, declarándolo formalmente reincidente por primera vez, tal como consta en la resolución del Tribunal Oral Federal de Posadas.
Durante la investigación y pese a que allanaron su domicilio no le pudieron probar que comercializara o consumiera drogas, sin embargo desde el Juzgado Federal de la ciudad de Rafaela (Santa Fe), lo tenían bajo la lupa por su supuesta participación en una organización narco.
Iniciada la pesquisa por las fuerzas federales en Misiones, surgieron conversaciones donde identifican al imputado manifestando a su interlocutor (NN) que “tiene mercadería pero no muy buena, porque se pega a la nariz, que está muy cortada”, tal como figura en la mencionada resolución. Incluso el ahora condenado refiere que “tiene cuatro gramos y no se la puede encajar a nadie”. Estos audios fueron la punta de ovillo para detenerlo.
El doble homicidio
Francisco Leopoldo Krampe (64) y su esposa María Allebran (68) fueron asesinados a tiros, la noche del jueves 27 de marzo de 2003, en el predio de una fábrica de materiales premoldeados que cuidaban en Candelaria.
Los autores arrojaron los cuerpos a una letrina. Se cree que Krampe opuso resistencia al robo y que habría identificado a los ladrones. Los acusados cayeron a las pocas horas.