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La etapa de instrucción del asesinato de la sargento de policía, Romina Beatriz Rodríguez (35), está en la recta final para ser elevada a juicio oral. Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que durante los últimos días declararon frente al juez de Instrucción 2 Juan Manuel Monte nuevos testigos, y que dejaron en mala posición a los cuatro detenidos principales que tiene la causa.
Los hombres de 18, 19, 22 y 29 son los apuntados como “la bandita” que se reunía a consumir sustancias y alcohol casi a diario. Justamente, uno de los testigos habría ratificado que la noche previa al homicidio de la suboficial, los vieron reunidos el barrio.
La Justicia cree que en esa reunión tramaron el golpe, que consistía en ingresar a la vivienda de la policía en el barrio Horacio Quiroga y quedarse con ahorros o dinero que pensaban que tenía la mujer porque estaba en plena refacción de su propiedad. También apoderarse del arma de fuego, que fue otro detonante para pensar que ingresaron a robar y sabían que era la casa de un personal policial.
El homicidio de la mujer ocurrió en la mañana del 2 de junio pasado, en la vivienda ubicada en el barrio Horacio Quiroga de Garupá. Por el hecho fueron detenidos cuatro jóvenes todos con domicilios cercanos al lugar del hecho y se presume que el golpe estaba premeditado. También fueron detenidos dos hombres más quienes son apuntados como el que proveyó el arma para el golpe y a su vez, el que la compró después del hecho.
En tanto que el arma reglamentaria de la víctima, la pistola nueve milímetros Hi-Power que fue robada en el ataque, fue descubierta en poder de un carpintero y changarín del barrio Ñu Porá en su vivienda de la calle Los Teales, próxima a la colectora de la autovía de Acceso Sur a Posadas. Fueron tres los procedimientos y dos adolescentes fueron demorados.
Del seguimiento a estos menores surgió el dato de que la nueve milímetros cargada con cinco proyectiles fue a parar a manos del trabajador, quien remarcó a los uniformados que la había adquirido de “buena fe”, sin la menor sospecha de que había sido robada hace poco más de un mes en la vivienda de Romina Rodríguez cuando la mataron de cuatro disparos, dos en la cabeza y los restantes en el abdomen y una mano.
La víctima estaba embarazada de seis meses y estaba a pocos días de solicitar la licencia por maternidad. La causa se instruye bajo la calificación de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego agravado por robo en poblado y en banda”. De no mediar inconvenientes, está a muy cerca de ser elevada a juicio.