
Raúl Néstor Rodríguez (47) en su largo historial delictivo purgó una condena por doble homicidio y fue arrestado por el crimen de su cuñado.
En uno de los casos recibió 15 años de prisión por matar a una pareja de ancianos en la localidad de Nueve de Julio y en el otro aún tiene pendiente resolución judicial por las sospechas de asesinar a su cuñado, en Santiago de Liniers.
Actualmente se encuentra detenido por matar a un jubilado en El Alcázar, a principios de este año.
Por ese hecho y en las últimas horas el juez de Instrucción 1 de Puerto Rico, Leonardo Balanda Gómez, envió al exconvicto nuevamente a juicio oral. Es decir que Rodríguez podría sumar una nueva condena si es que es hallado culpable por un Tribunal.
La última elevación a juicio en su contra fue por la muerte de Ismael Domínguez, de 64 años. La calificación por la que deberá ir a debate es por “homicidio simple”.
El hecho fue perpetrado en El Alcázar entre el 16 y 21 de enero pasado, cuando fue hallado el cadáver de la víctima en un pozo. La autopsia determinó que la muerte fue causada por heridas de arma blanca en el cráneo. El imputado, oriundo de San Vicente, fue arrestado en la ciudad de Eldorado a las pocas horas de ser cometido el crimen.
Al reconstruir los últimos movimientos del jubilado, se supo que conocía a su victimario ya que fue visto horas antes con él.
Tras ser asesinado su cuerpo fue arrojado a un pozo de agua en una chacra, donde el acusado era cuidador. Sobre el cadáver también tiró piedras y maderas, con la evidente intención de ocultar el crimen. El arma utilizada nunca fue hallada.
La principal hipótesis del crimen, es que ambos involucrados se encontraron de casualidad en la zona y comenzaron una especie de amistad ya que compartían momentos en la morada que supuestamente el sospechoso iba a cuidar. Antes de ser atacado, Domínguez fue a comprar cigarrillos en un almacén de colonia Urrutia de la ruta provincial 11, y esa fue la última vez que lo vieron con vida.
Esto llamó la atención del testigo, el vendedor, ya que Domínguez no fumaba por lo que se supone que los cigarrillos eran para quien resultó ser su agresor. Entre la noche del jueves 16 de enero y la madrugada del día siguiente algo sucedió y el hombre de 64 años terminó dentro de un pozo de agua de doce metros de profundidad.
Los tres cortes que tenía en la cabeza fueron de tres, seis y diez centímetros de largo y corresponderían a un machete de gran tamaño.