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El sueño del pibe. Ese que retrata el debut en Primera y el gol del triunfo, sobre la hora, tal como reza el tango. ¿Qué futbolero no soñó con aquello? Sin embargo, no son once delanteros los que salen a la cancha. Para que la pelota infle las redes, primero, hay que recuperarla. Y ahí es donde el trabajo defensivo tiene su enorme cuota.
Desde que eligió pararse y defender el propio área, Tiago Moreno Kurrle (16) entendió que el sueño con la pelota no pasa sólo por el arco rival. Y terminó de comprenderlo en Independiente, en una charla que tuvo con el mítico exdefensor de River Plate y Boca Juniors, el formoseño Francisco “Pancho” Sá.
“Él me recomendó que sea lo más simple posible a la hora de jugar, que no dé muchas vueltas. Esa charla me marcó para siempre”, confesó Moreno Kurrle a EL DEPOR, tras contar detalles de su carrera que, por estas horas, lo tiene a la espera del regreso a la Séptima de Independiente de Avellaneda.
¿Cómo arrancaste con el fútbol?
Empecé en Guaraní, en la categoría 2002. Yo era 2004 pero, como todavía no existía esa categoría, empecé jugando con los más grandes.
Después estuve un año en Mitre, subí a la 2003, tenía 14 años y era bastante la diferencia física, pero finalmente eso de jugar contra más grandes me ayudó bastante. Ahora ya no le tengo miedo a nada (se ríe). De Mitre pasé a La Cantera y en diciembre de 2018 comencé a buscar una prueba en algún club de Buenos Aires. Ahí Alejandro Duré me consiguió en Independiente.
Es decir, quedaste en el primer club en el que probaste…
La prueba fue en febrero de 2019. Estaba un poco nervioso y, además, el primer entrenamiento fue sobre sintético. Al otro día volví a jugar, jugué muy bien y me llama Verón, el coordinador, y el DT Ernesto Di Benedetto. Me dijeron que había quedado, que vuelva a Posadas a buscar mis cosas, porque ya no volvía. Fue un verdadero shock.
Todo un cambio…
Es algo muy lindo. Pasé de estar en Posadas a cruzarme con los jugadores de la Primera del Rojo. Además, cuando jugamos, tenemos utileros, te dan la ropa, la comida, el Gatorade. En ese momento uno se da cuenta de lo loco que es estar viviendo todo eso. Es todo muy lindo, muy distinto. Mi papá me dice que no me acostumbre, que lo disfrute.
¿Recordás el debut?
Empecé el año en el banco de la Liga y con citaciones a partidos de AFA. Y en agosto viajamos a Mendoza para jugar contra Godoy Cruz. Yo iba al banco, pero justo esa semana el cinco se lastimó y me mandaron a jugar a mí ahí. Antes de entrar, el profe me empezó a hablar, pero de la euforia no entendía nada. Fue algo único.
El 2020 estuvo marcado por la pandemia… ¿Cómo la remás?
Este año arrancamos la pretemporada el 20 de enero. Estuvimos allá hasta marzo y se llegó a jugar la primera fecha, pero entonces explotó todo esto. Nos dijeron que volvíamos en dos semanas, así que me vine solo con mis cosas de verano… Y acá estamos, hasta ahora. Por ahora, entreno en el Posadas Camp de Nápoles.
Además, los lunes, miércoles y viernes hacemos Zoom con el club; y los martes y jueves entreno con el profe Josema Morel todo lo que es potencia y prevención de lesiones. Además, voy al gimnasio. La idea es aprovechar el tiempo y no dar ventaja cuando toque volver.
¿En el club ya manejan alguna fecha para el regreso?
Por ahora no tenemos fecha. Incluso tenemos charlas con la psicóloga deportiva, por el tema de la ansiedad, porque no sabemos cuándo vamos a volver. De paso aprovecho para estudiar inglés, soñando con algún día poder dar el salto a otro país. Siempre hay que estar preparado para lo que venga.
¿Cómo es jugar en un club como Independiente?
Es una locura. Un día estábamos yendo a entrenar y salió Pablo Pérez con el auto. Todos pasan y te saludan así normal. En ese tiempo, me iba a desayunar a la pensión y me cruzaba con Campaña. O con Martín Benítez (N. de R: actualmente en el Vasco Da Gama), que una vez le dije que era de Misiones y ahí nos pusimos a hablar. Tengo fotos con todos.
Y en cuanto al juego en sí, ya jugamos contra River, Vélez Sarsfield, Unión, Racing, contra Boca Juniors, que pude hacer un gol. Contra Racing fue algo hermoso, se vive como un clásico, aunque sea en Octava. Uno siempre sueña jugar esos partidos. Y estar ahí, jugar en esas canchas, ante esos clubes, es un sueño cumplido. Claro que quedan muchos más por cumplir.
¿Pudiste hablar con Bochini? ¿Con las glorias del club?
A Bochini solemos verlo bastante. Yo tuve la oportunidad de hablar con “Pancho” Sá. Sabía que había jugado de central. Una vez estaba mirando un partido en River, me acerqué y le pregunté qué me recomendaba.
La verdad es que me cayó muy bien. “Tenés que ser lo más simple posible y darle la pelota a los que saben”. Ahí aprendí que hay que tratar de robar y jugar simple, no dar muchas vueltas. Como él me dijo, “abajo no está para inventar cosas”. Esa charla con Pancho Sá me marcó.
Tiago, más allá del fútbol… ¿El look viene por Valderrama?
(Se ríe)… Desde chiquito lo tengo así al pelo, me lo dejé crecer y ahora no pienso en cortármelo. Me dicen Valderrama, Fellaini o Williams, por el brasilero que juega en el Arsenal de Inglaterra. Yo creo que muchos de los chicos no deben saber mi nombre (se ríe), sólo los apodos.
Requiere un cuidado especial…
Sí, sí, en el vestuario debo ser de los que más tardo a la hora de peinarme, mis compañeros se ríen porque yo tengo mi crema y ellos, con agua y jabón nomás. Pero bueno, con el look sacó una ventaja a la hora de cabecear, tengo escondido un resorte ahí (se ríe).
Ya estamos pisando 2021, ¿qué objetivos te planteas?
Primero que nada, sueño con afianzarme entre los titulares de mi categoría. Y después, que venga lo que sigue. El año que viene ya somos Sexta y estamos en edad de Reserva. Y después, obviamente, jugar en la Primera de Independiente y en la Selección Argentina.
Por eso es el esfuerzo, no es sólo soñar, sino también despertarte y seguir el objetivo. Desde chico me mentalicé en ir a entrenar, en no faltar. Son cosas que uno entiende ahora. Y los tiempos de Dios son perfectos. Yo me esfuerzo y, cuando Dios diga, será el momento.