Utilizó el sello de una cámara empresaria que en Posadas tiene pura integración Z desde que Bencivenga pegó el portazo, al ver que la misma actúa cuando al grupo mayoritario del transporte urbano le conviene.
Y así volvió a suceder. Cual “patrón de estancia”, el Grupo Z criticó la aprobación del Concejo de manos únicas para cuatro avenidas. Calificó a la decisión como “ese modelo de decadente descontrol del tránsito y transporte en la ciudad que es el que su gestión propone”.
Lo curioso es que ningún concejal, diputado, ministro, secretario o subsecretario municipal o provincial salió a respaldar al atacado intendente. Allí se puede observar que la palabra del Grupo Z es capaz de callar al poder político, aún cuando uno de los integrantes del oficialismo es atacado de manera tan directa.
Esta vez la propia renovación sintió en carne propia lo que deben padecer quienes se animan a cuestionar el poder Z. Esto ocurrió porque los concejales -con las manos únicas- obligarán a que haya competencia entre los Z y Bencivenga en algunas avenidas que les eran exclusivas a los primeros.
Otro dato que no puede pasar inadvertido es que el Grupo Z se queje de un “descontrol”; de la “modificación de horarios”; o de “invadir recorridos manejándose totalmente fuera de las normas vigentes”. Aquí aplicaría el dicho popular ¡el muerto se asusta del degollado!
Actitudes como las del fin de semana hablan a las claras que el cesionante del servicio (el Estado) pasó a depender del concesionario monopólico. A tal punto que le da las órdenes por solicitadas. Al menos, las hace públicas a algunas.