La angustia, miedo y preocupaciones constantes fueron los sentimientos más comunes durante este año de pandemia mundial. Y es que durante las primeras etapas de las restricciones sociales, la cantidad de niños jóvenes con ansiedad casi se duplicó, según un estudio publicado por la Universidad de Bristol la semana pasada. Incluso cuando las restricciones de encierro comenzaron a disminuir en junio, los investigadores encontraron que los niveles de ansiedad se mantuvieron altos.
¿Qué es la ansiedad y por qué es tan importante tratarla? “La ansiedad no es lo mismo que estar ansioso”, dijo a PRIMERA EDICIÓN la médica psicoanalista y fundadora de EnREDados, Silvana Bono. Al respecto, explicó que “ser ansioso es un síntoma por el que todos atravesamos, en algún momento de la vida. Las actitudes ansiosas comienzan cuando queremos hacer todo ya y que las cosas salgan bien. Por eso no tenemos que preocuparnos”.
Sin embargo, aclaró que “cuando empezamos a ver que esa ansiedad se instala y empieza a formar parte de la personalidad, es decir que esa persona se siente nerviosa todo el día, tiene problemas para alimentarse, para dormir o para vincularse con el resto, o cuando aparecen enfermedades sin antecedentes: ahí estamos frente a un paciente que padece ansiedad emocional y que necesita de un diagnóstico y tratamiento médico o psicológico adecuado”.
En este sentido, aclaró que “una cosa es estar atravesando un período de ansiedad por evento en particular, pero cuando esa ansiedad se instala, hay que detectarla y elaborar un diagnóstico”.
La ansiedad en niños
En cuanto a la ansiedad infantil, Bono dijo que “no es más difícil diagnosticarla en los niños pero su detección y posible tratamiento depende mucho de los adultos responsables de ese niño y del ambiente en el que está creciendo”.
Por ello, la especialista habló de la importancia de la “mirada presente” y destacó que “si la mirada de los padres o tutores está presente, es decir que están atentos a la alimentación del niño, a si duerme lo suficiente, si disfruta los momentos del juego o si ven que está irritable todo el tiempo… todo eso permite detectar la ansiedad y va a hacer posible que se pueda diagnosticarla a tiempo”.
Por otro lado, la especialista también destacó que “la ansiedad va de la mano del autoestima: cuanto más autoestima, menos ansiedad”.
Por ello, señaló que “si celebramos los logros de los niños, los ayudamos a que construyan una autoestima que les permita hacer frente a las adversidades que se presenten. En cambio, si en una casa hay castigos permanentes, desaprobación o los adultos se quejan constantemente de sus problemas frente a los niños, se complejiza todo”.
Señales de alerta
Respecto a las señales de alerta, Bono mencionó cuatro que son claves: “Hay que prestar atención a la alimentación, horas y calidad de descanso, el carácter y el vínculo social. Si esas cuatro cuestiones son estables, es imposible que el chico padezca de ansiedad”.
Sin embargo, la médica expuso que pese a que estas señales de alerta son fácilmente chequeables, lo cierto es que “muchos padres ignoran estas señales porque es más fácil pasarlo por alto ya que hacerse cargo de lo que pasa, es trabajoso”, mencionó aunque alertó que “las consecuencias de no resolver el problema, son graves”.
Entre las consecuencias más comunes, Bono destacó los problemas de conducta: “Los niños comienzan a ser agresivos y no saben cómo comportarse. Esto hace que los echen de las escuelas y, en sus casas, viven en penitencia porque sus papás tampoco saben cómo manejarlos”.
También sostuvo que “pueden llegar a lastimarse a sí mismos, desde chiquitos empiezan a hacer cosas de riesgo para llamar la atención de los adultos y a partir de su etapa adolescente el problema puede ir empeorando a causa del alcohol o las drogas: establecen relaciones violentas, aparecen los trastornos alimenticios y de sueño y, en los peores casos, terminan en suicidio. Es una bola de nieve”, aseguró y agregó que “todo lo que aparece en la adolescencia es un puente de cuestiones de la infancia que no fueron tratadas”.
“Criamos niños sin calma”
Al consultarle a Bono por las causas del aumento de ansiedad infantil, dijo que “en el mundo actual hay muchos estímulos externos que, por un lado me parece positivo y aplaudo que los chicos tengan tantas herramientas para aprender, pero hay un problema para administrar todo eso que reciben de afuera. Son niños que están expuestos permanentemente a estímulos externos y terminan sin saber cómo aprovechar todo eso”.
En este sentido, ratificó que “estamos criando niños que no tienen calma ni un minuto: no hay momento en el día que los chicos disfruten de la nada misma, y creo que es a partir de esa nada que la gente empieza a calmarse. Porque si nos llenan todo el tiempo de estímulos, no nos encontramos a nosotros mismos”.
Es por ello que la Academia pediátrica Americana recomienda que hasta los 2 años de edad, no deben exponerse a pantallas, de los 3 a los 5 años sólo 1 hora diaria y de los 6 a los 18 años máximo 2 horas diarias, ya que la sobreexposición afecta la atención, memoria y otros.
Algunos consejos para disminuir los picos de ansiedad
Según explicó Bono, afortunadamente, la ansiedad tiene cura: “Hoy en día hay muchas herramientas para complementar o reemplazar la terapia. La meditación o practicar yoga son actividades que cada vez se popularizan más, pero también aconsejamos realizar otros deportes o comenzar proyectos o hobbies que permitan distraer a la persona porque lo que le está faltando a la persona que padece ansiedad, es encontrar algo que les dé calma”, dijo.
Entonces “la clave está en encontrar cómo canalizar los momentos en que los nervios nos desbordan, porque es algo que se apodera de nosotros, nos domina”, explicó.
En cuanto a las actividades recomendadas, aseguró que “depende de cada paciente, aunque muchos años atrás los médicos recomendaban como deporte más completo para el cuerpo y la mente, la natación”.
Sin embargo, mencionó que uno de sus pacientes, por ejemplo “decidió salir a recorrer la ciudad de Buenos Aires y encontró muchísimos lugares que no conocía y a partir de eso comenzó un proyecto en el que recomienda lugares y actividades dentro de la ciudad. Cada vez que siente que se está poniendo ansioso, busca la guía turística y sale a recorrer”, contó.
Por último, recomendó a las personas que busquen las actividades que los hacen sentirse bien y que los despejen y comiencen a practicarlas más de seguido.