
El hombre de 33 años acusado de abusar sexualmente de dos hijas y una hijastra se abstuvo de declarar ayer ante el juez de Instrucción 3 de esta ciudad, Martín Brites. El sospechoso, quien fue detenido el pasado sábado 28 de noviembre, tras conocerse la denuncia de su pareja y con quien convivió durante 18 años, fue imputado y deberá seguir tras las rejas hasta que se resuelva su situación procesal.
La denunciante, de 43 años y madre de las víctimas se enteró de lo sucedido a través de un pastor de la Iglesia a la que concurrían las menores, según se supo.
Los vejámenes eran cometidos bajo el techo familiar y en algunas ocasiones en zona de chacra, todo bajo amenazas de muerte y en ausencia de la madre, en un barrio de la localidad de Wanda.
Cuando las hermanas rompieron el silencio, dos de ellas, quienes hoy en día tienen 16 y 14 años, afirmaron que los abusos fueron reiterados y se remontan a varios años atrás, al igual que una tercera (actualmente de 23 años).
A la más chica de las hijas, de 9 años, se le realizó un examen médico debido a que la denunciante dijo que no descarta que también fue sometida por el acusado. Se aguardan los resultados.
Guardó silencio
El hombre acudió a la indagatoria ante el citado magistrado asistido por un defensor oficial, quien le recomendó abstenerse de dar su versión de los hechos. Seguidamente, le notificó la imputación provisoria por “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y por la convivencia preexistente, varios hechos en concurso real”, señalaron fuentes del caso.
Una de las primeras medidas del juez Brites fue programar las audiencias testimoniales y Cámara Gesell para las dos menores. El relato de las adolescentes a su madre fue clave.
Tal como publicó PRIMERA EDICIÓN ayer, la joven de 16 años contó a su progenitora que comenzó a ser abusada desde los 5 años, con manoseos por parte de su progenitor cuando iban a buscar leña al monte. Los accesos carnales comenzaron cuando cumplió 7 años, también en una zona alejada del domicilio y sobre bolsas de ponchadas.
Luego la menor de 14 años, le manifestó que era abusada desde los 9, y que el acusado aprovechaba cuando quedaban solos en la casa y además la amenazaba de muerte.
La tercera víctima se animó a contar que padeció lo mismo, pero cuando aún era menor, teniendo en cuenta que actualmente tiene 23 años. La joven denunció que desde que tenía 6 años su padrastro la manoseó y al cumplir 7 empezaron los accesos carnales.
Todo sucedía, siempre de acuerdo a los detalles de las denuncias, cuando el hombre salía de su habitación para ir al baño. Sigilosamente aprovechaba y se metía en la pieza donde ella descansaba para someterla. Que esta pesadilla se extendió hasta que cumplió los 9, siempre de acuerdo a los dichos de la madre de las víctimas.