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El hombre aprehendido durante las últimas horas y vinculado a un supuesto caso de acoso y amenazas a una joven estudiante universitaria en el barrio El Palomar de Posadasl, se abstuvo de responder preguntas ante el juez de Instrucción 2, Juan Manuel Monte, pero seguirá detenido mientras avanzan las actuaciones policiales.
Por lo pronto, la imputación provisoria es por el delito de “amenazas”, tal como lo adelantó ayer en exclusiva este Diario.
La investigación se inició el sábado 28 de noviembre cuando la víctima de 22 años denunció en la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional I, que fue perseguida hasta la puerta del edificio donde reside en calle Líbano al 1800.
La joven se sintió amedrentada y no quiso ingresar al edificio, reflejo que podría considerarse como el que la salvó de un evento de mayor peligro, ya que el presunto agresor al percatarse de la reacción de su víctima emprendió la huida.
Esto ocurrió a las 18.30 del día mencionado y cinco días después, los investigadores policiales con la ampliación de los registros de cámaras de seguridad aportados por la víctima, además del cruce de datos e identidad del sospechoso, lograron atraparlo.
Lo que surgió durante las últimas horas fueron datos que deberán analizarse y cotejarse para determinar si este detenido es quien atacó a otras estudiantes en el mismo barrio, horario y hasta día de semana.
La labor de la Dirección Cibercrimen permitió ampliar el recorrido que hizo la denunciante de acuerdo a su denuncia, y resultó coincidente y hasta amplió la gravedad de lo sucedido ya que las cámaras de la Policía permitieron determinar que desde que la joven estudiante universitaria salió de un supermercado de calle Santiago del Estero y Ayacucho minutos antes de las 18.30 este sospechoso comenzó a seguirla, a treinta metros en promedio hasta el hall del edificio de calle Líbano.
Con estos datos el seguimiento y detención ordenado por el juez Monte no tardó en concretarse.
“Un milagroso segundo”
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, la víctima próxima a culminar la carrera de psicología describió: “Una cuadra antes de llegar al edificio me di cuenta que me seguía, por lo que caminé hasta la puerta para intentar ingresar rápido, estaba de espaldas y cuando abro me asusté porque lo tenía en la espalda y me dice que también iba a ingresar. El segundo de reflejo mío fue abrir y dejarlo entrar pero yo volví a la vereda y comencé a mandar un mensaje de audio con mi teléfono a una amiga para avisarle que había llegado y que la esperaba. Como escuchó y la puerta seguía abierta el tipo fingió esperar el ascensor y hablar por teléfono unos instantes y retirarse rápidamente hacia la avenida Mitre”.
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“Después me comuniqué con la dueña del edificio y vimos las grabaciones de las cámaras de seguridad, ahí me asusté y fui a hacer la denuncia porque se lo ve cuando pasa de largo la puerta del edificio, mira para todos lados y se mete detrás mío para ingresar”.
“Me quedé estupefacta y fui a realizar la denuncia. Porque me acordé también de las otras chicas, de lo que les pasó, es horrible el momento”, resaltó la denunciante pero amplió: “Después subí a redes sociales el video y se comunicaron de inmediato varias personas que lo identificaron o creían reconocerlo, además pude hacer el identitario con la policía y los datos fueron surgiendo”.
“No tuve miedo, lo vi perfectamente, los ojos, la piel, el pelo, la altura y lo busqué por redes cuando me pasaron los primeros datos, todo lo aporté a la policía y si este sujeto es el que atacó a las otras chicas, bueno que lo juzguen”.
Los casos sin esclarecer
El viernes 23 de febrero de 2018, pasadas las 23, una estudiante universitaria de 23 años fue atacada sexualmente y a golpes en el barrio El Palomar, en calle Líbano entre Pedro Méndez y Rebollo, enfrente al edificio de la joven que persiguieron hace siete días.
Este caso tuvo sospechosos que se fueron descartando con los resultados negativos a los cotejos de ADN que se obtuvieron.
Cinco años antes, el sábado 6 de abril de 2013 y a pocas cuadras del lugar, Lucía Maidana de 24 años fue violada, golpeada y asesinada en su departamento.
Pocos días después una joven, también universitaria de 23 años, fue golpeada y violada en un inquilinato de la calle San Luis casi Catamarca, en el microcentro posadeño. De estos ataques se obtuvieron patrones de ADN y descripciones que aún no dieron con el criminal serial.