
“Agradecer y pedir por salud y trabajo”, sin importar la edad de los peregrinos o la trayectoria que tengan en años respecto a los viajes de Itatí en bicicleta, ayer martes todos y cada uno de los ciclistas que honró a la Virgen pidió lo mismo.
Aunque la mayoría mostró pena y algo de nostalgia por no haber podido celebrar el 40 aniversario de la peregrinación en bicicleta hasta Itatí, Corrientes, hubo grandes muestras de fe y cada uno de los presentes compartió con el otro los milagros cotidianos cumplidos por la Virgen.
Con tiempo bueno y caluroso, la actividad simbólica consistió en recorrer la costanera, algunas avenidas capitalinas hasta Mitre y Marconi, desde donde se llegó a Cabred casi López Torres para volver a depositar la imagen de la madre de Jesús en el altar de la Parroquia Inmaculada Concepción y celebrar una misa en su honor.
La recorrida contó con diferentes paradas ante ermitas y capillas para rezar todos juntos el rosario.
Presente entre los fieles, Fernando Castaño (17) iba a cumplir su quinta peregrinación a Itatí, pero al igual que muchos otros tuvo que conformarse con la actividad de la costanera.
“Desde la primera vez que fui a peregrinar a Itatí, poder hacerlo significó mucho para mí”, dijo a PRIMERA EDICIÓN mientras contó que se acercó a hacer el recorrido para cumplir una promesa.
David Bernal tiene una historia similar, pedalea desde hace 10 años a Itatí, después de su viaje inicial a los 12 años. “Es triste no poder ir, pero vamos a hacer las peregrinaciones que podemos, entre ellas la de Loreto”.
“Un año pedí por la salud de mi sobrino, después de pedalear desde Posadas a Itatí corrí once kilómetros y desde entonces me acerco sólo a agradecer”, explicó.
María Elena Ortega (68) comentó a este Diario que viaja todos los años hace un cuarto de siglo. Primero vivió la experiencia de fe junto su esposo y luego con sus cinco hijos.
Según ella, “esta es una celebración diferente, pero no íbamos a privarnos de acompañarla, realmente estamos todos emocionados para llegar a la casa de mamá María”.
Siempre que realiza el viaje lo hace con el auto de apoyo para prevenir a los conductores sobre el paso de los peregrinos.
Una fe fortalecida
Cuarenta años no se cumplen todos los días, pero en esta ocasión Dios tuvo otros planes. Así lo creen los fieles católicos quienes pese a todo, ayer realizaron la procesión simbólica por el Día de la Virgen.
Más allá de los cambios por la ocasión atípica, la fe fortalecida en más de 40 años de peregrinación a Itatí (Corrientes) en bicicleta por los innumerables milagros recibidos movió a los promeseros.
Jorge Ferreyra, más conocido como el “Flaco Pelusa”, tuvo su primer contacto con “Mamá de Itatí en diciembre del año 80, hoy pasaron 40 años, de agradecimientos, vivencias buenas y otras no tanto pero seguimos cumpliendo con Ella a pesar de todo y este año vengo con un agradecimiento especial por la salud de mi mamá”, contó emocionado,
Ferreyra es uno de los integrantes del viaje pionero que junto a la familia Zurdel inició la tradicional travesía en bicicleta.
Para no perderse la fiesta en honor a la Santa Católica. Roberto, otro peregrino, llegó en bicicleta desde Jardín América para compartir la fiesta de fe junto a quien considera sus “hermanos”. “No pudimos viajar, pero la acompañamos para pedir por todos los que no pudieron venir”, dijo.