Juan Alberto Schmalko, gobernador del departamento paraguayo de Itapúa, comentó ayer al diario ABC que tras mantener un diálogo con el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, éste adelantó que sólo se podría planificar una apertura de la frontera internacional que une Posadas con Encarnación una vez que se aplique la vacuna contra el coronavirus en Argentina.
Por lo pronto, la posibilidad de llegar a una apertura en las próximas semanas es aún remota. “No queremos generar falsas expectativas”, sostuvo Schmalko, quien explicó que estudian mecanismos para hacer repuntar la economía regional.
“En cuanto a la apertura de frontera, el gobernador (Óscar) Herrera no quiere arriesgar. Se hizo un esfuerzo y no hay posibilidades sanitarias de abrir la frontera”, afirmó tajante el gobernador de Itapúa.
Herrera Ahuad había dicho lo propio, indicando que hubo un esfuerzo especial por parte de los argentinos de Misiones y que no se podría abrir las fronteras hasta tanto haya seguridad sanitaria.
Schmalko precisó además que en Argentina esperan la vacuna contra el coronavirus para poder plantearse la apertura de las fronteras. “Creemos que mientras no exista la vacuna vamos a esperar que esto se normalice, creo que eso se va a dar con el tiempo (…) La salud está primero. No desconocemos que existe una crisis”, añadió.
El gobernador de Itapúa precisó además que los casos de COVID-19 en ese departamento se mantienen en torno a los 200. “Mientras no exista la vacuna, vamos a desear (la apertura de la frontera), no hay que crear falsas expectativas. La salud está primero”, remarcó.
Sobre cómo sostendrán la economía en este tiempo, respondió que se apostará a la agricultura familiar campesina y al turismo interno, reconociendo que hay presión ciudadana porque la mayoría de los compradores de la zona son argentinos.
Por último, Schmalko reconoció que uno de los principales motivos por los que cree que Misiones mantiene cerradas las fronteras pasa por lo económico, ya que al no poder cruzar a Paraguay, los misioneros fomentan el consumo interno.
Aunque también señaló que de abrirse la frontera, los paraguayos irían en masa al país vecino para aprovechar la devaluación del peso en relación al guaraní.
“Acordamos que esto quede en manos de Cancillería y los presidentes”, finalizó Schmalko.
Fuente: abc.com.py