El 15 de diciembre de 1973, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) deja de considerar la homosexualidad una enfermedad y decide de manera unánime retirar su uso como trastorno de la sección “Desviaciones sexuales” de la segunda edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (el DSM-II), manual de referencia en los países occidentales en el campo de la psiquiatría.
La APA clasifica ahora el persistente e intenso malestar sobre la orientación sexual propia como uno de los “trastornos sexuales no especificados”.
Para el psicoanálisis, la homosexualidad no viene dada por la genética sino que es una elección.