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En el Silicon Misiones, Alexander Matwejczuk encontró el espacio para comunicarse, desarrollar sus habilidades y vencer los prejuicios de los niños con autismo. A sus 11 años, se convirtió en el estudiante estrella y demostró un coeficiente intelectual elevado. Está desarrollando un juego propio y no deja de sorprender a los profesionales.
Clara Elisabeth Olsson y Miguel Ángel Matwejczuk, tienen tres hijos y deambularon por todo tipo de profesionales hasta descubrir la enfermedad que padecía el único varón.
“Descubrimos que es autista cuando empezó el Jardín, porque para nosotros tenía sus problemas, pero creíamos que era un chico normal. En la escuela, no se adaptaba, no hacía las tareas pero así y todo terminó el Jardín leyendo de corrido, sabía el abecedario, contar más de cien. No sabemos cómo aprendió. El estaba en un rincón, solo, jugaba con ladrillos solo, no compartía nada. Por eso es bueno que los padres sepan que esa es una alarma”, relató Clara, mamá de Alex.
“Andaba con 15 carpetas con estudios, análisis, informes médicos. Lloraba pidiendo a Dios que me ilumine y ayude, porque no sabía que le pasaba a mi hijo. Sabía que algo no estaba bien. Cuando tenía seis años la doctora Artigas me dijo: mamá tu hijo es autista. No sabía que era el autismo”, agregó.
Clara contó que “a partir de ahí padecimos mucho y no encontraba escuela para él. Fue a la escuela especial pero tampoco encontró contención, iba medicado. Además debíamos viajar a Posadas cada mes para su evaluación psicológica, todavía lo hacemos”.
Finalmente lo inscribió a Silicon Misiones, sin pensar que terminaría siendo el espacio que Alex necesitaba.
“Yo buscaba que estudie Robótica, así encontré el link de Silicon. Lo inscribí y empezó a hacer los cursos y era muy acelerado, terminaba un módulo y ya me preguntaba si había salido otro. Sentía que él se frustraba, me preguntaba cosas que yo no entiendo”, contó la madre de Alex. Fue cuando el tutor de aula, Enrique Servin, descubrió el potencial del niño y todo cambió.
“En Silicon encontró un profesor que entiende lo que habla, con quien puede comunicarse. Hoy es feliz, gracias a eso y nosotros como padres estamos agradecidos, yo sólo quiero que sea feliz, pero si además puede tener un futuro, mucho mejor”, resaltó.
Jose Luis Camacho, referente departamental de Silicon Misiones, señaló que “Alex es nuestro estudiante estrella. El tutor del aula, notó que tenía habilidades muy especiales, que avanzaba más rápido que la media. Eso nos obligó a retomar los módulos y al poquito tiempo con sus habilidades nos llegaba a superar o a marcar errores. Así que empezamos a atender esta demanda, para nosotros fue algo nuevo. El coeficiente de Alex es elevado, resuelve problemáticas de juegos que nosotros apenas estamos entendiendo para aplicarlos. Nos exige, pero también trabaja con la familia y todo el equipo que acompaña el proceso”.
Atentos y unidos como familia
Clara y Miguel, buscan estabilidad laboral, a pesar de no tenerla, no dejan faltar nada a sus hijos. “Mi marido está desempleado, buscando trabajo. Por suerte nos dieron una chacra en Los Helechos para trabajarla. Así que en familia vamos para allá”, contó.
El año atípico tendrá otro sabor las los Matwejczuk. “Pedí muchas veces a Dios que me ilumine para ayudar a Alex, ahora me doy cuenta que la luz estaba en mi casa, la luz es él. Vamos a seguir acompañándolo como siempre y ojalá si le toca a otros padres, puedan descubrirlo rápidamente, para poder ayudar mucho más a sus hijos. Estar atentos a las señales, yo no me daba cuenta, pensaba que era hiperactivo, porque era lo que me decían, si hubiera tenido el diagnóstico de bebé seguro no habríamos sufrido tanto, él y nosotros. Por eso estoy tan feliz con este lugar que encontramos, sobre todo porque acá él es feliz. Él me dice que quiere ser famoso”, sonríe la mamá.