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Una jornada sofocante, que tuvo su pico máximo de calor a la siesta, caracterizó a la Navidad de los posadeños, que se volcaron en buen número al balneario Costa Sur, ubicado en Miguel Lanús, y catalogado como la playa “estrella” por la propia comuna capitalina.
Hubo un gran operativo desde primera hora de la mañana, con la presencia de efectivos policiales y personal de la Municipalidad de Posadas, con el propósito de ordenar la llegada de los visitantes, tomar la temperatura y organizar las burbujas sociales para un máximo de diez personas.
Se vio a muchas familias que pugnaban por un lugar en los quinchos, como así también instalados bajo la sombra que brindaban un puente peatonal o bien improvisaban una cobertura con mantas, toallas o toldo de carpas.
“El calor está muy fuerte, insoportable y decidimos venir a pasar el día acá en esta playa de Miguel Lanús que nos habían hablado muy bien de ella. La verdad es que está buena, por el río y cómo está dispuesta, pero se ve claramente que todavía le faltan terminar varias obras. Pensamos que estaba más avanzada, porque le hicieron mucha promoción y como vinimos a pasar la Navidad con unos parientes posadeños nos dimos una vuelta. Vamos a volver, porque creemos que quedará muy buena”, indicó José Koruñak, visitante de la zona del Alto Paraná.
Pasado el mediodía se acentuó la llegada de los visitantes, quienes debían hacer fila en el ingreso principal para ser controlados por la policía, pero llamativamente en otros sectores la gente avanzaba igual hacia la playa. El ingreso con botellas de vidrio estaba prohibido y ante esa imposibilidad, hubo quienes resolvieron destaparlas y beberlas ante de entrar.
“No detectamos ninguna irregularidad en los visitantes, les tomamos la temperatura y les recordamos que deben usar barbijo para desplazarse”, dijo una de las encargadas del operativo.