“Este año todo fue muy diferente, no sólo para mí sino para toda la humanidad. Cuando empezó la pandemia, nadie imaginó que la misma llegaría hasta Navidad”, dijo Papá Noel a la revista SextoSentido.
Por ese motivo Papá Noel y sus ayudantes decidieron hacer muchos cambios en la rutina que siempre se trazan en los primeros meses del año. En esta ocasión, “decidimos postergar la fabricación de los juguetes y dedicarnos primero a la elaboración de barbijos para concientizar a la gente acerca de la importancia de cuidarse a uno mismo y a los demás”.
Entonces y con la ayuda de los integrantes del taller de la Fiesta Nacional de la Navidad del Litoral “fabricamos más de 6 mil barbijos y cientos de sábanas, cofias, camisolines y botas quirúrgicas. Todos estos elementos fueron entregados al personal sanitario, fuerzas de seguridad, personal municipal y a otras personas que trabajaban en sectores con mayores niveles de riesgo”.
Además, Papá Noel se dedicó a concientizar acerca del cuidado que tenemos que tener para evitar contagiarnos. “Después de este arduo trabajo de varios meses, retomamos la tarea de fabricar los juguetes que nos piden los niños para Navidad”.
Entonces, ¿tendremos la Fiesta Nacional de la Navidad del Litoral?, Papá Noel contó que será muy diferente porque “por la pandemia no podremos abrir el Parque Temático, ni habrá desfiles ni shows en vivo. Pero los organizadores del evento me contaron que para esta edición la fiesta saldrá a la calle de una manera creativa“.
“Aquellos que nos visitan todos los años saben que Alem siempre está bellamente decorada para esta época; y en esta ocasión, además de esa ornamentación, habrá una gran muestra a cielo abierto que comprenderá un tramo de más de 14 cuadras en las cuales hay plazoletas para que las personas puedan recorrerlas manteniendo la distancia social y usando barbijos”.
Ese trayecto estará dividido en dos partes: la primera con la historia de Papá Noel, “de cómo llegué a Misiones desde tierras muy frías y cómo me adapté a las hermosas costumbres de la provincia. Aquí aprendí a comer chipa y tomar mate o tereré; también me ensañaron a bailar chamamé y otros ritmos de la región, a usar una ropa diferente más acorde al clima subtropical”.
En otro tramo se contará el motivo central de la celebración, “que es el nacimiento de nuestro señor Jesús. Para ello la gente que trabaja en el taller de la fiesta han fabricado hermosas esculturas que nos permitirán conocer todos los hechos que rodearon el nacimiento de nuestro Salvador“.
“Siempre me gusta recalcar que el regalo más importante que los cristianos podemos tener es la salvación que nos trajo ese niño de Belén hace más de dos siglos atrás. Por eso es importante recordar que el verdadero sentido de la Navidad no está en los regalos, ni en la comida que se pueda tener sobre la mesa; sino en aquel presente que nos hizo Dios al enviarnos a su Hijo”.
Y así, desde su casita en Leandro N. Alem Papá Noel nos pidió: “Cuando escucho la sirena y veo que nuestros bomberos tienen que salir para apagar incendios me invade una profunda tristeza, no sólo por el esfuerzo sino porque en cada quema se destruye parte de nuestro ecosistema. Por eso les pido a grandes y niños: cuidemos nuestra selva”.
Y expresó: “Mi deseo es que la pandemia del COVID-19 se extinga y que en el 2021 encontremos la tranquilidad que no tuvimos en el 2020. Me gustaría que los niños vuelvan a jugar en las plazas y puedan ir a la escuela; que los adultos trabajen libremente y que las familias vuelvan a juntarse para compartir”.
Misiones conquistó a Papá Noel
Misiones tiene dentro de sus celebraciones más importantes, una que adquiere singular importancia en diciembre: la Fiesta Nacional de la Navidad del Litoral que se realiza desde 1995 en Leandro N. Alem.
En esa época del año la ciudad se viste de gala, decora sus principales avenidas y abre las puertas del Parque Temático Navideño, único en su estilo en nuestro país. En ese predio de 4,5 hectáreas, los visitantes se encuentran con módulos religiosos referidos al Antiguo y Nuevo Testamento, pesebres del mundo con más de 300 piezas provenientes de los cinco continentes, y una alegoría vinculada a Papá Noel que tiene en ese lugar su casa y su fábrica de juguetes.
Un Papá Noel que está adaptado a las costumbres litoraleñas, puesto que come chipa, toma mate y tereré. Hasta su vestuario es diferente porque usa sombrero de paja, bermudas, camisa mangas cortas y alpargatas, reservando su traje “tradicional” solamente para la Nochebuena.