(Fede Asenjo)El “Flaco” Juan María Traverso nació en Ramallo, provincia de Buenos Aires, el 28 de diciembre de 1950; y es una verdadera leyenda viviente del automovilismo y del deporte en la Argentina. Fue todo un personaje y un “as” del manejo, tanto dentro como fuera de los autos que condujo.
Un hombre que nunca intentó quedar bien con nadie, sin “pelos en la lengua”, frontal, pero honesto y que con su carisma era un verdadero ídolo, y aun lo sigue siendo, de grandes y chicos.
Por ello, este piloto que nació el “Día de los Inocentes”, pero que no tiene nada de dicha celebración, es reconocido a nivel nacional e internacional por sus participaciones en las más importantes categorías argentinas, es considerado uno de los más importantes pilotos de la historia del automovilismo argentino.
Gracias a su extenso palmarés de títulos, ya que en total logró abrazar un total de 16 campeonatos: 7 de TC 2000, 6 de TC y 3 de Top Race. Transformándose en el corredor que más campeonatos en pista consiguió en la Argentina.
Además de 7 subcampeonatos en sus 34 años de trayectoria. Compitió también en otras categorías como la Clase 3 del Turismo Nacional, el Club Argentino de Pilotos y la Fórmula 2 Codasur. A nivel internacional, incursionó en la Fórmula 2 europea, en el Turismo Italiano y obtuvo una victoria en la Clase A7 del Campeonato Mundial de Rally en 1988.
Debutó profesionalmente en 1971 compitiendo en el Turismo Carretera, categoría donde también anunció su retiro en 2005. Obtuvo su primera victoria el 29 de octubre de 1972, en la Vuelta de 25 de Mayo, la cual lo hizo ingresar al historial de ganadores del TC, como el piloto número 109 en lograr por primera vez un triunfo y repitiendo dicho honor en 46 oportunidades.
Por otra parte, integró los planteles de pilotos que dieron origen a las categorías Club Argentino de Pilotos, Turismo Competición 2000, Top Race y la evolución de esta última Top Race V6. En 2000, fue distinguido por la Fundación Konex con el Premio Konex de Platino como el mejor piloto de la década. Actualmente preside la Asociación Argentina de Volantes, entidad de cuya presidencia asumió una vez anunciado su retiro.
La carrera más recordada
El 3 de abril de 1988 corrió una competencia memorable en General Roca con la legendaria cupé Fuego del equipo oficial Renault preparada por el Mago Oreste Berta.
Faltando cinco vueltas, Silvio Oltra, con la trompa del auto del Flaco debajo del baúl de su vehículo, alcanzó a Carlos Crocco (un rezagado) en la zona de frenaje de la horquilla, eligió la cuerda como lugar de sobrepaso. Crocco pensó que los dos iban a pasarlo por afuera y se quedó en la zona de tránsito que venía circulando. En la confusión, Traverso los pasó a los dos en la misma maniobra y tomó la delantera. Oltra se pegó entonces detrás de la Fuego del Flaco.
A los pocos minutos un conducto de aceite que se había cortado del auto de Traverso hacía que el lubricante caiga por todos lados, pasando por la rueda trasera derecha de la cupé Fuego y bañando el parabrisas del auto de Oltra. El resto se desparramaba sobre el piso y ponía la pista casi intransitable. Así fue que Traverso empezó a girar elevando sus tiempos en un segundo por vuelta mientras ponía sus manos al servicio de la proeza de llevar adelante el auto en semejantes condiciones.
Medio ahogado por el humo que producía el aceite al derramarse sobre los escapes calientes, Traverso abrió la ventanilla de su lado para poder respirar mientras trataba de adivinar la pista. Sólo faltaban tres vueltas. Oltra corría pegado al Flaco pero solo por instinto, ya que entre el humo y el aceite no veía nada, y no podía encontrar un hueco para poder adelantarse.
Lo único que podía hacer era esperar a que se termine el aceite y se rompa el motor de la Fuego de Traverso, y así ganar. Faltando dos vueltas, en el recuperador casi no quedaba lubricante, la presión bajaba y el motor del Flaco estaba perdiendo el rendimiento. Oltra alcanzaba al Flaco y lo topeteaba, pero este le barría la pista impidiéndole el sobrepaso. Llegando a la última vuelta, 3, comenzaron a salir lenguas de fuego debajo del auto de Traverso. Pese a todo, mantuvo su impresionante ritmo de giro.
El final fue electrizante, dramático, de película: la Fuego del Flaco en llamas ganando por centímetros al auto de Oltra, debiendo el Flaco abandonar forzosamente su vehículo a los pocos metros de cruzar la meta. La pista fue invadida por la multitud, causando que los demás pilotos no puedan completar el último giro.
Ese mismo año obtuvo su segunda corona en la categoría. En 1990 fue campeón nuevamente de la categoría y repitió la corona las tres temporadas siguientes. Su último título en el TC2000 fue en 1995, manejando un Peugeot 405.
Fuentes: Wikipedia e Infobae