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Minutos después de las 13 de ayer, tres delincuentes ingresaron con barbijos y empuñando en el caso de uno de ellos un arma de fuego y otro un cuchillo a un local de reparación de teléfonos celulares, propiedad de un policía, ubicado sobre avenida Lavalle y calle Bosetti de esta capital. Se llevaron alrededor de 40 equipos de las marcas Iphone y Xiaomi, en su mayoría celulares para entregar y 15 mil pesos en efectivo.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN indicaron que el trío delictivo aprovechó el momento en que un cliente ingresó al local a retirar un equipo y cuando salió, un empleado lo acompañó hasta la puerta vidriada del negocio y al intentar retornar al interior del comercio, ya tenía a los malvivientes en la espalda y lo empujaron para adentro.
Según las mismas fuentes, uno de los delincuentes portaba un revólver tipo calibre 38 gris, otro un cuchillo mediano tipo puñal y el restante quedó más cerca de la puerta vigilando.
Los delincuentes exigieron a los empleados que entreguen el dinero de la caja registradora, aproximadamente unos 15 mil pesos en efectivo, y de una caja grande de cartón en donde se van colocando los aparatos para entregar tras la reparación, se llevaron aproximadamente unos 40 equipos en una bolsa plástica de color blanco.
Resta determinar qué equipos se llevaron y modelos para calcular el valor monetario de cada uno pero en su gran mayoría son equipos de más de 15 mil pesos cada uno y algunos llegan a costar 50 mil o más.
Antes de irse, los asaltantes le robaron los teléfonos particulares a los dos empleados que estaban en el momento del atraco. Justamente uno de esos equipos, ya con la policía en el local, permitió que el propietario rastreara el teléfono y señalara que el GPS le marcaba que se ubicaba rumbo a inmediaciones de la avenida Quaranta (ruta 12) y avenida 115.
Una comisión de la Dirección Investigaciones fue al lugar y tras un rastrillaje halló el celular a un costado del asfalto por calle 113, casi intacto. Se presume que fue arrojado por los malvivientes al notar que podían conseguir su ubicación porque el aparato seguía prendido y no podían desbloquear.
Además de los teléfonos celulares y el dinero, el propietario del negocio, un sargento con prestación de servicio en la División Seguridad y Vigilancia, manifestó que se llevaron dos llaves, la de una moto y la de un automóvil marca Fiat de sus empleados y de acuerdo a lo que le manifestaron al contarle la noticia, ninguno de ellos observó en que vehículo se retiraron los ladrones.
Si bien el lugar cuenta con cámaras de seguridad en el interior, uno de los empleados manifestó que las imágenes quedan registradas o son observadas a través de uno de los celulares robados, los personales de los empleados.
Trabajaron en el lugar del hecho uniformados de la Policía Científica para recoger huellas dactilares que permitan dar con las identidades de los delincuentes, efectivos de Cibercrimen y la Dirección Investigaciones Complejas.
Por cuestiones de jurisdicción, se denunció el hecho en la comisaría Segunda de la UR-I e interviene el Juzgado de Instrucción 3 a cargo de Fernando Luis Verón.