Siempre el año nuevo viene cargado de esperanzas renovadoras como de lograr todo aquello que no pudimos hacer en este que ya culmina. Muchas veces nos encontramos diciendo: “Que se vaya de una vez este año” como si fuera que al día siguiente tan sólo por ser 1 de enero, mágicamente todo será diferente.
Es increíble cómo lo vemos así, pero lo más importante es que lo sentimos de esa manera y está bueno aprovechar esa fuerza, ese empujón para lanzarnos a nuevos proyectos que antes no hicimos, empezar la gimnasia olvidada, aquella dieta que dejamos un miércoles de no recuerdo que mes, lanzar ese pequeño emprendimiento que hace tiempo lo tenemos rondando en la mente, tomar el teléfono y hablar con aquella persona que hace tiempo se distanció, animarnos a ser nuestra mejor versión.
El 2020 no es cualquier año, han pasado muchos momentos inesperados, fuertes pruebas que quizás pensamos no podríamos soportar y para nuestra sorpresa la fuerza apareció. Muchos comerciantes se reinventaron, los emprendedores agudizaron su ingenio, alumnos y profesores buscaron la manera de salir adelante, la tecnología pasó a ser nuestra amiga, el nexo que une personas.
Entendimos la importancia del contacto físico, de un abrazo, de compartir los momentos simples del día a día, encontrarnos con amigos, salir a caminar y sentir el aire fresco en la cara. Este ha sido un año durísimo para muchas personas que quizás han perdido un familiar y no han podido estar su lado, de negocios que aunque hicieron lo imposible tuvieron que cerrar sus puertas, de amores que quedaron viviendo en distintas provincias, hijos, nietos sin poder compartir el día a día y como todo lo difícil tiene un regalo, aquí estamos aprendiendo el verdadero valor de lo importante, de pie pese a todas las tormentas que hemos pasado, descubriendo una fuerza interior impensada que salió cuando creímos que no podíamos más, hemos logrado mucho.
Llega el 2021 lleno de esperanzas, nosotros con el aprendizaje que nos dejó el 2020 y las ganas de vivir un año mejor, pero para que eso pueda ser posible, además de desearlo tenemos que regalarnos a nosotros mismos el “Sí”. Sí puedo, sí quiero, sí lo voy a lograr, darnos ese permiso, la confianza de que si lo soñamos es porque tenemos dentro la fuerza para hacerlo realidad.
Para que el año que llega logremos lo que hasta ahora no pudimos, debemos hacer algo diferente a lo que veníamos haciendo tal como lo expresa Albert Einstein: “Si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”.
Intentar caminos nuevos, tomar riesgos, hacer cambios, escuchar a nuestro yo interior y animarnos a hacer lo que queremos, con fe en nosotros, en la fuerza que llevamos dentro, siempre estamos a tiempo de girar el volante y elegir otro camino si el que estamos no nos lleva a dónde queremos ir.
El punto donde se unen el año que se va y el que llega es cuando decimos “GRACIAS” por todo lo vivido, por los aprendizajes, por haber resistido, por habernos superado, por haber seguido adelante a pesar de todo, por la familia, los afectos, las palabras que acarician; por los abrazos envolventes, las miradas que lo dicen todo y llenos de ese agradecimiento damos un paso al frente recibiendo al año que llega para hacer que sea mejor.
¡Muchas felicidades para todos ustedes y sus familias! Y como decía mi abuelo Emiliano cada año al hacer el brindis y lo sigue haciendo desde el cielo: “Que lo veamos al otro año con salud en compañía de todos los seres de vuestro mayor agrado”.