Los casos de COVID-19 se dispararon en Misiones, pero también en los principales centros urbanos del país. Es una etapa de mucha movilidad de las personas, sin restricciones para vacacionar en nuestro país.
Pensar en una temporada de verano segura es la clave para no afectar (más de lo que ya está) al turismo, a un sector tan importante y que emplea a muchos misioneros.
Como siempre, se hace necesario advertir que la primera precaución se debe tomar en lo personal, en lo familiar y también en las empresas y emprendimientos que trabajan en turismo.
En estos dos últimos meses resulta casi imposible conseguir que las personas no se aglomeren, tomen mate, se abracen, usen barbijo que son medidas básicas para evitar la propagación del coronavirus. El mayor problema no lo pasarán mayoritariamente los jóvenes que van a piletas, playas, espacios públicos sin respetar los protocolos. Aunque las estadísticas de Salud Pública advierten que un gran porcentaje de contagiados fueron de 20 a 50 años.
Enero será un mes difícil, según advirtieron las autoridades provinciales por la gran movilidad y falta de cuidados que hubo en la previa y durante las fiestas de fin de año. Si no reaccionamos a tiempo, lo serán también febrero y marzo dado que los cuadros epidemiológicos se miden de una a dos semanas posteriores para poder observar la curva de contagios que va dejando el día a día.
“Volver a cerrar el turismo sería el golpe de gracia para el sector”, aseveró recientemente el ministro de Turismo de Misiones, José María Arrúa, luego de verse incumplimientos a los protocolos en varios campings misioneros.
Si bien el Gobierno provincial no piensa en restricciones generalizadas, el que sigue definiendo qué se hace y qué no es la Nación a partir de los DNU del presidente Alberto Fernández. De muchas restricciones anteriores, Misiones venía pudiendo no acatarlas dada su posición sanitaria.
De todos depende tener un verano seguro en todos los rubros y hacer que no debamos volver atrás en el próximo trimestre para evitar mayores problemas. El mensaje debe partir de los adultos a los más jóvenes para que acompañen la dificil y compleja situación.