Practicar ejercicio físico, siempre que no sea prohibido por un médico (debido a que presentes alguna lesión o debido a otros motivos), te ayudará a sentirte mejor, sin duda. Practicar ejercicio físico está directamente relacionado con el bienestar físico, mental y emocional.
Son muchos los beneficios que podemos encontrar al realizarlo. En primer lugar y el más importante es que realizar ejercicio libera en nuestros cerebros químicos de la felicidad, o dicho de otra manera libera, hormonas de la felicidad como son la dopamina, la serotonina y las endorfinas.
Son muchos los estudios que demuestran que ejercitarnos favorece la liberación de estas sustancias, mejorando así estados de ánimo deprimidos o con un alto nivel de ansiedad. Por tanto también reduce los niveles de cortisol (hormonas del estrés). Realizar ejercicio te ayudará a mantener un equilibrio emocional importante.
La mayoría de los psicólogos recomiendan realizar algún tipo de actividad, ya sea correr, nadar, patinar, musculación, etc. Sólo hay que elegir la actividad que más le guste a uno y automáticamente justo después de ir practicándolo, a lo largo de los días se notará una mejoría en todos los sentidos.
Esto por sí sólo no es suficiente para mejorar estados de depresión y ansiedad, pero sí es un factor muy potente que ayuda sin duda alguna. Por tanto, otros de los beneficios que aporta el realizar actividad física es que reduce el estrés diario o incluso disminuye los niveles de ansiedad puesto que la norepinefrina modula la respuesta de nuestro cerebro a la ansiedad o estrés.
Hay quienes prefieren madrugar y empezar el día con energía realizando actividad o hay quienes prefieren realizarlo al final de su jornada laboral.
Cualquiera de las dos modalidades es apropiada. Eso sí, nunca debemos realizar ejercicio justo antes de irnos a dormir, precisamente porque la práctica de actividad favorece la activación del sistema nervioso y por tanto puede mantener el nivel de excitación o energía muy elevado impidiéndote incluso dormir.
Sin embargo, si se realiza con un margen de tiempo de tres horas antes de acostarnos, en este favorecerá el sueño. El ejercicio ayuda a equilibrar los ritmos circadianos, regulando el sueño, ya sea para conciliarlo o mantenerlo.
Otra de las ventajas que tiene el ejercicio físico y que de entrada puede parecer sorprendente es que previene los problemas cognitivos. Conforme va avanzando nuestra edad, la probabilidad de padecer enfermedades neurodegenerativas aumenta.
Realizar ejercicio físico, por tanto, está relacionado con la prevención de problemas de memoria como el Alzheimer e incluso de otra índole como son los problemas cardiovasculares. Realizar ejercicio de forma constante y regular aumenta la segregación de las neuronas del hipocampo, que son aquellas que están directamente relacionadas con el aprendizaje, la memoria.
Las personas que realizan ejercicio son más activas y enérgicas que aquellas que no practican deporte o más bien son sedentarias. Practicar ejercicio está relacionado como hemos dicho con el bienestar, por tanto aquellas personas que se sienten mejor, también tienen mejores resultados en sus distintas áreas de la vida: faceta amorosa, personal, familiar, amigos e incluso laboral.
El ejercicio aumenta el nivel de atención, concentración, memoria y sobre todo aumenta la productividad y mejora el funcionamiento intelectual, pudiendo reducir a la vez el número de accidentes laborales. Las personas deportistas o que practican deporte de forma regular son más productivas en muchos de sus ámbitos.