Tan solo quien ha estado enfermo otorga valor a la salud, sólo ama y bendice la Luz quien se adentró, se perdió y sintió la fría oscuridad, únicamente quien ha enfrentado el miedo y el dolor es capaz de apreciar la grandeza del Amor y del Perdón.
Todo cuanto vemos se balancea entre opuestos, vivimos en una continua oscilación, es como el ir y venir del péndulo.
En cierto modo, la dualidad es útil para estructurar nuestra mente y lo será mientras sigamos moviéndonos en ella. ¿Qué sucedería si inclináramos la balanza sólo hacia un lado? Quizá ésta perdería el equilibrio. Nos posicionamos, eso aprendimos, eso nos enseñaron, mas uno avanza cuestionando y replanteando lo aprendido.
Siempre es esto o aquello, o estás en lo cierto o estás equivocado, pero ¿qué sucede cuando uno cambia la forma de relacionarse con lo que experimenta abandonando el juicio, saliendo de la mente y aceptando lo que es tal y cómo es? Sucede que todo cambia, todo es una expresión de lo divino, todo forma parte de todo, tú también.
Todo es perfecto en su creación y necesario, todo lleno de valía y de valor a pesar de la incomprensión de la limitada mente racional. Recuerdo las palabras de un Hermano hace ya un tiempo: “Es momento de dar un paso más”, y al dar un paso más todo cambió.
Hay un modo de detener el balanceo: ir más allá del espíritu y del humano, del Cielo y de la Tierra, del bien y del mal, de lo aprendido, de lo racional ir a la conciencia, a la realidad que todo lo abarca. Arrinconar nuestros juicios, nuestras ideas y creencias, liberarse de ellas para ver, para acabar aceptando y amando lo que es tal y como es.
Te invito a descubrirte: Cierra los ojos, respira profundo y siente, siéntete.
Puedes colocar una mano o ambas en tu pecho y conectar con tu alma, con esa chispa de luz que se asienta en tu pecho. No tengas prisa, no la hay, ábrete a la experiencia.
¿Eres capaz de definirte? ¿Hombre o mujer, un ser humano o un ser espiritual, grande o pequeño, culpable o inocente, un instante o la eternidad? Hoy lo dejo aquí, te dejo en ti, reconociéndote, sintiéndote.
Bendiciones y Felicidad para tu vida.