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Rosa Mabel Martínez (45), esposa de Rafael Ferreira (48) víctima fatal del siniestro vial del pasado viernes 15 de enero en Oberá, rompió el silencio y pide justicia desesperada ante el rumor de que el detenido por el hecho, un integrante de la Policía provincial, pasado a disponibilidad por varias causas penales, recobraría la libertad. Mostró su indignación: “No voy a descansar hasta que el culpable pague por lo ocurrido”.
El hecho se registró en el cruce de las avenidas Estanislao del Campo y Tierra del Fuego. Ferreira circulaba en su motocicleta acompañado por un joven, cuando impactó con una camioneta Volkswagen Amarok cuyo conductor se dio a la fuga y posteriormente fue detenido en su domicilio. La causa fue caratulada “homicidio culposo en accidente de tránsito y abandono de persona”.
“Yo solo pido justicia, no pueden dejar en libertad a la persona que dejó tirado a mi marido, encima él nos conocía”, manifestó la mujer. “Qué le respondo a mi hijo que me pregunta por él, nosotros vivíamos de changas, ahora no está para ayudarme. Ya no me van a devolver su vida, él fue un padre ejemplar y muy trabajador”.
El matrimonio llevaba casi treinta años con cinco hijos, tres de los cuales aún residen en la vivienda familiar del Barrio Caballerizas. Con la pandemia, ambos quedaron sin trabajo, por lo que hace un año subsistían con trabajos informales, incluso venta de bollos que hacía la mujer.
“Justo el día que falleció estábamos preparando un asadito con unos vecinos que se acercaron para festejar su cumpleaños que era al otro día. Mi hijo de 18 iba a llevar a un amigo a casa de su hermana y mi marido dijo no, le llevo yo, sino ustedes tardan mucho. Antes de salir me dijo ‘mi amor ya vengo’. Fue la última vez que lo vi y lo enterramos el día de su cumpleaños”.
En el momento del accidente el joven que acompañaba a Ferreira, quien habría fallecido prácticamente en el acto, asustado corrió a casa de su hermana a contar lo ocurrido.
“Llegó y no podía hablar del susto. Cuando lograron tranquilizarle contó lo que había pasado y ahí me avisaron. Yo fui directo al hospital, pero en realidad mi marido seguía tirado en la calle, estuvo como dos horas así. Después le llevaron a la segunda (seccional policial), todavía me cuesta creer lo que pasó”, agregó Martínez.
Sin embargo, la mujer confía en su fortaleza para salir adelante: “Le digo a mis hijos mayores (20 y 18) que tienen que ser fuertes por el más chiquito que tiene nueve años. Tenemos que salir adelante. Soy una mujer luchadora, sé coser, limpiar, defenderme, aunque siempre lo hicimos juntos con Rafael, ahora debo lograrlo sola”.
Sobre el siniestro la mujer lanzó datos brindados por testigos. “La camioneta se lo llevó por delante a Rafael, sin lástima y lo dejó tirado como un perro, es injusto, eso no se hace por una persona (…) Pido justicia porque lo que le pasó a mi esposo le puede pasar a otro, alguien así no puede andar suelto. Andaba alcoholizado y nos lastimó mucho. Si es necesario hacer una marcha por justicia lo vamos a hacer, quiero que le den la pena máxima y se haga justicia por mi marido que ya no está”.