A poco más de diez meses del inicio de las restricciones de las actividades en el país por la pandemia de COVID-19, desde el sector que nuclea a los productores asesores de seguros de la provincia resaltaron los complejos momentos que les tocó transitar en el rubro.
A modo de balance, explicaron que hubo una caída de los seguros de riesgo de trabajo en forma notoria pero a su vez aumentaron los seguros de vida y vivienda lo que les permitió mantener un cierto equilibrio financiero.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Juan Ignacio Luco, miembro de la Comisión Directiva de AMPAS (Asociación Misionera de Productores Asesores de Seguros) señaló que “desde el inicio de la pandemia, allá por el mes de marzo del año pasado, el 80% de las compañías de seguros que tienen su sede central en Buenos Aires, Córdoba y Rosario, tuvieron que cerrar sus puertas y todos nos tuvimos que aislar”.
Luco resaltó que pese a esa incertidumbre inicial generalizada que reinaba en ese momento, “los productores de seguros de igual manera seguimos trabajando desde nuestras casas, adaptándonos al uso de las nuevas tecnologías o bien potenciando el uso de esas herramientas. Así se gestionaron pólizas, se pudo hacer el seguimiento de trámites, efectuar cobranzas, la renovación de pólizas que se iban venciendo y atendiendo permanentemente las consultas que iban surgiendo”.
Para Luco uno de los puntos fundamentales “fue que los asegurados también entendieron y asimilaron la situación que nos tocó y aún nos sigue afectando y se respaldaron en los productores asesores, es decir que confiaron en la tarea que desarrollamos y se pudo salir adelante”.
También resaltó que “aquellas personas o comercios, empresas, que estaban asegurados con bancos o empresas de electrodomésticos, al cerrar sus puertas no los atendían, directamente le pasaban un 0800 para que se comuniquen donde tampoco los atendían porque estaban las compañías cerradas. Los que pudieron contratar a través de un productor tuvieron mediante un Whatsapp una llamada una solución rápida, porque siempre estuvimos trabajando”.
Los primeros en volver
Otro dato saliente fue que “en mayo, a través de las gestiones que realizamos desde AMPAS ante el Gobierno de la provincia, conseguimos que sea la primera provincia del país en autorizar la apertura de las oficinas de los productores de seguros porque la gente y los comercios necesitaban las pólizas o algún tipo de asesoramiento para poder a funcionar, a movilizarse, a partir del levantamiento progresivos de las restricciones”.
El directivo de AMPAS expuso que “hubo bajas de seguros en algunas compañías, en especial de ART donde hubo una merma, pero por otro lado eso se compensó con una suba de seguros de hogar, porque la gente permanecía más tiempo en su casa, los niños no podían concurrir a las escuelas y muchas familias se dieron cuenta que era necesario contratar un seguro para estar más tranquilos, porque era el espacio donde transcurrían la mayor parte del día. También aumentó la demanda de seguros de vida”.
La mayor contratación de seguros de vida y hogares, según los especialistas, está relacionada en gran medida con el “teletrabajo” que permitió a muchas personas seguir vinculado laboralmente a través de las diferentes herramientas tecnológicas, “pero que a su vez las expuso a situaciones que no estaban prevista, a algún accidente de los denominados domésticos, fallas en los sistemas eléctricos por el uso de más equipos, roturas de alguna parte de la vivienda producida por la actividad propia de los niños”, por nombrar algunas.
Hay quienes durante el período de mayor restricción de circulación en la pandemia “se volcaron a cocinar cuando nunca antes lo habían hecho, pintar, a la jardinería, actividades que pueden generar accidentes, que hacen repensar en la necesidad de tener una cobertura extra como un seguro de vida o de hogar”.