«La paz no es posible sin el perdón», afirman varias instituciones de Finlandia que han pedido la aprobación de un nuevo emoji denominado «Te perdono». Los emojis son símbolos de la cultura digital contemporánea. Cuentan con admiradores y detractores, pero «viven» en los teléfonos de millones de personas, que los usan en sus conversaciones habituales.
Hasta ahora, según los promotores de la campaña, no existía un emoji para perdonar. Y vale la pena tomarse el tema en serio, más allá de la representación gráfica o verbal que usemos en Internet.
Hace un par de años, me conmovió el caso de la argentina Celeste Díaz, que sufrió un accidente, perdió una pierna y caminaba con una prótesis. Ella tuvo el valor de perdonar al chofer que causó su tragedia. Y, en declaraciones a la prensa, emocionada, dijo sentir «una paz enorme» al escuchar la disculpa sincera del responsable. Aquí no sólo hay vocación de entendimiento, sino también un «no» rotundo al victimismo.
En resumen, para aprender a perdonar necesitamos: identificar a la persona o situación, y quizás no empezar por la más problemática; aceptar nuestros sentimientos de forma detallada y neutral, a través de un diario; y liberarnos y empezar a perdonar, a partir de un análisis compasivo sobre las causas emocionales que originaron el problema.
Perdonar: mucho que aprender
Nelson Mandela, ícono por excelencia de la lucha y el sufrimiento personal por la paz y la justicia, afirmaba: «El perdón libera el alma, elimina el miedo. Por eso es una herramienta tan poderosa».
¡Hay mucho que aprender sobre el perdón! Y si tú que me lees sientes que necesitas una ayuda especial para alcanzar ese estado mental de tranquilidad y ligereza, que sólo se alcanza al perdonar, entonces tengo una invitación muy especial para ti.
El 27 de febrero, y de manera presencial en nuestro Cala Center, tendremos el Workshop Perdonar: Alcanzando mi libertad, donde te mostraremos los pasos a seguir para quitarte el lastre de los malos recuerdos y el resentimiento que afecta tu presente y tu futuro.
¡Perdonar es el mejor antídoto contra la ansiedad y la depresión!