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El Programa PROCREAR tiene desde 2013 un desarrollo urbanístico en el barrio posadeño de Itaembé Guazú. Allí, desde hace ya varios años, se levantaron 717 viviendas de dos y tres dormitorios de las cuales se llevan entregadas menos de la mitad.
El pasado 6 de enero de este año se sortearon 319 casas de dos dormitorios, algunas aptas para personas con discapacidad.
A partir de entonces, los que fueron seleccionados debieron comenzar a completar la información (financiera, de salud y grupo familiar) para que el Banco Hipotecario evalúe si son aptos para tomar un crédito del mismo, a fin de acceder a cumplir el sueño del techo propio.
Para ello, era requisito demostrar ingresos netos mensuales del grupo familiar conviviente -tanto el/la solicitante como su cónyuge o pareja conviviente- entre 2 y 8 salarios mínimos, vitales y móviles (de 41.175 a 164.700 pesos).
Sin embargo, a medida que avanzaban con el trámite online (los que pudieron porque la web no funciona bien), llegaron a la sorpresa: la cotización de la vivienda es de 5,5 millones de pesos a 30 años de financiación con sistema Francés. El dato positivo son las tasas: van del 1 al 6% según el segmento de ingresos que integre cada postulante.
Pero no todo terminó allí. Por deudas contraídas en un año de pandemia o porque tienen ingresos mayores a 109.689 pesos, a varios interesados el sistema les advirtió que debían poner entre 500 mil y 1,3 millones de pesos para completar la financiación. Dinero que se debe depositar todo junto y previamente a la firma del crédito y la hipoteca.
¿Cuántas familias pueden tener ese ahorro en Misiones, donde se pagan uno de los salarios privados más bajos del país? Más aun cuando, además, se encuentran alquilando una casa o departamento en la actualidad.
Así, entre los grupos que fueron conformando en redes sociales, se fueron notando los decepcionados que anticiparon el fin de la operatoria para ellos. Y del sueño.
Fuerte suba en la cotización
Entre octubre y diciembre de 2020 los sorteados que quedaron seleccionados el año pasado consiguieron que les entreguen su casa. De acuerdo a la información que varios dieron a PRIMERA EDICIÓN, surge el fuerte incremento en la cotización de las viviendas PROCREAR que hubo en Posadas.
Una casa de dos dormitorios fue pactada a fines del año pasado con un crédito de algo más de dos millones de pesos; y un dúplex de tres dormitorios, dos baños y dos plantas en 3,3 millones de pesos.
De solo compararse con el valor que les piden a los interesados ahora, apenas tres meses después de esas operaciones, es notorio que el Estado nacional actúa como inmobiliaria alejado del marketing con que presentan al PROCREAR en su página web, donde dice ser “una política de desarrollo territorial, urbano y habitacional de alcance federal y con una perspectiva integral que busca mejorar las condiciones de acceso al hábitat”.
Resulta inexplicable que el mismo Gobierno busque semejante lucro ante la desesperación de decenas de familias misioneras, cuando las casas llevan años abandonadas.
Es decir que los materiales, la mano de obra y el equipamiento fueron adquiridos mucho antes a menor valor, por más que las empresas constructoras sigan reclamando pagos adeudados. Las viviendas cotizan al ritmo del dólar con un agente financiero que es controlado por el mismo Estado, como es el Banco Hipotecario. A la cuota mensual, quienes resulten adjudicatarios deberán ingeniárselas para ponerle placares, levantar un muro o rejas o cualquier otra mejora que pretendan para las viviendas, que no están incluidas en los 5,5 millones de pesos. Sin olvidar los gastos de mudanza, bajada de luz y agua, entre otros.
Otra vez la Nación actúa como una inmobiliaria privada ante la desesperación de miles de personas por dejar de alquilar y empezar a pagar un techo propio. Cuando debiera ser el menos especulador en ganancias, cuyas inversiones llevan años de abandono en Posadas y tienen un “fin social”.