
Tras la designación de Graciela Leyes -pareja de Verón- el cuestionado funcionario aparece más firme que nunca en su cargo, a pesar de las múltiples quejas que aparecen en las diferentes comunidades mbya guaraníes misioneras.
Ayer nuevamente, un grupo de caciques llegó a Posadas para entrevistarse con el gobernador Oscar Herrera Ahuad y solicitar la remoción de Arnulfo Verón y plantear una serie de problemas que el titular de Asuntos Guaraníes no les resuelve.
Al menos del encuentro no se llevaron los caciques ninguna definición sobre el futuro del cuestionado. Sí acordaron una mesa de trabajo para ir resolviendo los inconvenientes que cada comunidad manifestó.
Con o sin Verón, lo importante es que las soluciones sean visibles y concretas en las aldeas. En especial vinculadas a las cuestiones sanitarias y alimentarias, que recurrentemente forman parte del “debe” de la gestión estatal.
Después, quedará por resolver cómo hacer para que la Provincia (en este caso mediante Verón) no excluya en los procesos de toma de decisiones a quienes no comulgan con él, priorizando a los seguidores que le brindan respaldo.
En especial, en este año electoral y con los malos antecedentes que tiene Asuntos Guaraníes y que han sido parte de denuncias públicas de representantes de las comunidades mbya a lo largo de más de dos décadas.
En algún momento, un ministro del Gabinete les dijo a algunos caciques que Verón tenía respaldo político para continuar. Con el correr de los días fue muy evidente.
Aun con esa definición, muchos caciques insisten en que el Director dé un paso al costado, cosa que no parece estar dispuesto a hacer. Aunque las críticas y la jefa del área sea su pareja de vida.