En plena pandemia faltan unidades y los vecinos sufren las aglomeraciones en las paradas de colectivos. La actitud empresarial se repite cada verano: reducir frecuencias. Los usuarios remarcaron que dependen del servicio para cumplir diariamente con sus obligaciones y, por ello, sufren por la escasez de frecuencias y los viajes sobrecargados de pasajeros, recordando la escalada de casos confirmados de coronavirus.
Así, critican al servicio del Grupo Z por no habilitar más unidades, y subrayan que no permiten la competencia para generar mayor presión al sector empresarial.
Consultada por las frecuencias de los colectivos en una parada céntrica, Marisa indicó a PRIMERA EDICIÓN que “siempre tengo que esperar el colectivo. Encima cuando vienen, llegan súper cargados” y añadió que “elijo no subir cuando está así porque es impresionante la cantidad de personas que viajan”. Por eso, “prefiero esperar un poco más”.
Valeria y Ramona, dos usuarias y vecinas del barrio Cocomarola Oeste, contaron que para llegar a sus hogares deben “tomar el directo de Quaranta y después el 83 de A4” y esto les lleva hasta “una hora y media de viaje”. Sin embargo, explicaron que “el problema es ir del centro hasta Quaranta” porque “de Quaranta para Cocomarola Oeste hay cada diez minutos”. Por otro lado, subrayaron que “es sorprendente la cantidad de gente que sube en el colectivo”.
Por su parte, Lucas Jardín, secretario de Movilidad Urbana de la Municipalidad de Posadas, dijo a este Diario que “se está regularizando porque tenemos el tema de los ingresos nacionales y provinciales, que restringen la cantidad de personas que pueden circular”.
“Ante ese faltante se solicita que pongan más unidades las empresas”, ya que “en esta época se desconfiguró todo y ahora que se está volviendo a la regularidad algunas cosas, estamos intimando a las empresas que regularicen”.
En esa línea, aclaró que “estamos al tanto de todos los barrios, tenemos contacto con los presidentes y con vecinos en gestión que nos está reclamando algún sector”. También detalló que “estamos haciendo el monitoreo de las líneas, y estamos verificando que a veces las frecuencias se están cumpliendo”. Sin embargo, apuntó que “faltan más unidades porque no pueden cargar el colectivo completo y eso es el malestar de las personas sobre todo en los recorridos intermedios”.
“En las cabeceras cuando comienza el recorrido todas las personas suben en los barrios, pero en el intermedio de alguna línea, sucede que el colectivo pasa de largo, y genera estos problemas de congestionamiento que antes no pasaba”, contó.
A raíz de ello, manifestó que “estamos controlando a las más de 170 líneas en el día a día. Prestamos más atención a El Porvenir, el Porvenir II, Itaembé Guazú y Parma” porque “el sistema de transporte no llega”.