Volvió la Liga Argentina Femenina de Vóley y lo hizo con presencia misionera: Camila Heim, de 18 años, nació en Puerto Rico y a los 16 se probó en Boca y quedó seleccionada. Primero jugó en Inferiores hasta que a principios de 2021 tuvo la gran noticia: forma parte de la lista de buena fe que juega la competencia nacional. “Jamás me imaginé todo lo bueno que me está pasando”, dijo Camila en una charla con EL DEPORTIVO.
Lo de Camila con el vóley viene desde hace tiempo. Con apenas 10 años veía como su papá llevaba a su hermana a jugar y a los torneos y de nuevo a los entrenamientos. “Yo no me quería quedar atrás”, señaló entre risas. Fue así que le pidió a papá Néstor que la lleve a practicar vóley. Ni se imaginaba dónde la iba a llevar ese pedido.
Fue así que arrancó jugando en la Escuela Municipal de Puerto Rico. “Empecé para probar”, recordó la joven. Y le gustó. Y no lo dejó más.
Por esas cosas que tiene el destino, tiempo después el entrenador del vóley femenino de Boca, Eduardo Allona, acompañado por su preparador físico José Benini, llegó hasta Puerto Rico para dar una clínica de la disciplina. “Fue con la intención de compartir lo que ellos sabían de la movida del vóley, que estaba creciendo en Puerto Rico”, recordó Camila.
Se nota que la joven voleibolista, en ese entonces de 15 años, causó una impresión en los entrenadores que seleccionaron a otra joven misionera pero le dijeron a Camila que cuando crezca la esperaban en Buenos Aires, en La Boca, para realizar una prueba. Y la joven se lo tomó en serio: en las vacaciones de invierno de 2019 se presentó en el predio xeneize para aquella prueba prometida.
“Me vine, probé y ya me fui a jugar un Torneo Sub-15, volví a Misiones para hacer el último año de la secundario y después me vine”. Con 16 años, Camila ya se codeaba con la élite del vóley argentino y nada más, ni nada menos, que en el Mundo Boca. “Soy hincha de Boca por parte de mi papá. Es más, el día que me llamaron para jugar creo que fue la primera vez que vi lagrimear a mi papá, que es fanático”, recordó Camila.
Sin embargo, ese mundo puede ser avasallante y para una joven de 16 años, aún más. “Al principio era todo muy nuevo, no me daba cuenta del lugar que ocupaba, no era consciente. Sentía mucha presión y capaz estaba triste por estar lejos de mi familia. Después me di cuenta de que esto era lo que me gustaba hacer y que estaba yendo por el camino correcto”, contó Camila a EL DEPOR.
Fue así que comenzó a adaptarse a ese mundo. “Las chicas me recibieron de la mejor manera; tanto mis compañeras como mi entrenador me acompañaron en todo momento”, rescató la jugadora. Además comenzó a programar su vida en Baires: arrancó la Licenciatura en Matemática en la Universidad de Buenos Aires (UBA). “Después se volvió muy fácil sentir que en el lugar en el que estaba, estaba bien”, remarcó.
Hasta que llegó el 2020, el año que será recordado como el de la pandemia de coronavirus. Camila ya tenía trayectoria en competencias con el Xeneize. Estaba federada a la Federación Metropolitana de Vóley con Boca y había jugado “toda la tira” que se juega los fines de semana e incluye a las categorías formativas como la Sub-15, Sub-17, Sub-19 y Sub-21. Hasta que llegó marzo y comenzaron a aparecer los primeros casos de coronavirus por lo que Camila decidió volverse a Misiones, poco antes de que se declare el aislamiento social, preventivo y obligatorio en todo el territorio nacional.
Igual siguió con los entrenamientos. “Estuvimos entrenando por Zoom con una preparadora física que nos acompañó, también el club se portó muy bien porque nos ofreció una psicóloga durante ese tiempo y teníamos charlas semanales con el entrenador, con quien veíamos partidos. Cada una desde su casa”, señaló.
Durante ese tiempo, Camila encontró las puertas abiertas del Club Atlético Nazareno, de Puerto Rico, donde pudo reencontrarse con la pelota, la red y el deporte en medio de un año de parate obligatorio.
Hasta que arrancó el 2021, las actividades volvieron lentamente y se anunció el arranque de la Liga Argentina Femenina de Vóley, donde compite el primer equipo de Boca. Camila, parte de las formativas, armó valijas y se volvió a Buenos Aires para retomar los entrenamientos con las chicas de su categoría. Hasta que, con la fecha de la Liga Nacional cada vez más cerca, el entrenador Allona dio a conocer quiénes serían las 19 chicas parte de la lista de buena fe para la competencia nacional. Camila Heim estaba entre ellas.
“Fue una sorpresa. Yo estaba estudiando cuando me llega un mensaje de una amiga con una imagen. Era la lista de buena fe que se subió a redes y estaba yo. Lo llamé a mi a entrenador Eduardo Allona y me dijo que sí, que estaba en la lista. Estaba re emocionada. Corrí a mostrárselo a mi mamá Claudia, que justo estaba conmigo, y lo llamamos a mi papá. Fue una sorpresa”, recordó Camila sobre ese día en que dio el salto: de las inferiores al plantel de la Liga Argentina Femenina de Vóley, sin escalas. “Las cosas llegan cuando uno menos se lo espera”, señaló.
Camila ya tiene asignado su número de camiseta: jugará con la 20. Cuando llegó, en 2019, era la dueña de la 14; el primer torneo de 2020 jugó con la número 3 y cuando llegue el momento del debut, tendrá la 20 en la espalda. Boca ya jugó cinco partidos de la Liga Argentina con puros triunfos (ver aparte). Todavía no la convocaron a Camila, pero está atenta para cuando llegue ese día. “Ese es otro objetivo que ya va a llegar”, dijo la joven de 18 años que, por cuestiones de horario, todavía sigue entrenando con las inferiores.
Todavía tampoco pudo ir a ver a su equipo puesto que el protocolo sanitario por la pandemia de coronavirus sólo permite el ingreso de las 14 chicas que van a disputar el partido (entre titulares y suplentes), más los entrenadores, árbitros y gente de seguridad.
“Creo que cuando uno empieza a jugar un deporte, no te imaginás adonde te puede llevar, la cantidad de gente hermosa que podés conocer y los lugares. Aprendés sobre el compañerismo, la solidaridad, la constancia. No podría nombrar todo lo que te deja”, dijo Camila sobre esta nueva vida ligada al vóley. “Jamás me imaginé todo lo bueno que me está pasando”, remarcó.
Sobre los objetivos, Camila los tiene bien claros: “a corto plazo me gustaría entrenar y seguir mejorando; a mediano plazo, jugar en primera y a largo plazo, seguir jugando al vóley hasta que pueda”. Para cerrar, los agradecimientos: “a mis papás que me acompañaron en todo, al club que me recibió con los brazos abiertos y a mi amiga Coni, que me lleva a todos lados”, dijo entre risas Camila. El vóley misionero está bien representado.
Boca, de andar ideal en la Liga Argentina
Boca es el único invicto y puntero de la Liga Argentina femenina, además del actual bicampeón. Las Xeneizes ganaron sus cinco primeros encuentros sin ceder sets: ante CEF N°5 de La Rioja por 3-0 (25-16, 25-20 y 25-20); Ferro por 3-0 (25-17, 25-21 y 25-13); Náutico de Rosario por 3-0 (25-23, 25-10 y 25-18); Rowing de Paraná por 3-0 (25-15, 25-19 y 25-21) y anoche venció a Mupol por 3-0 (25-21, 25-15 y 25-13). Anoche, al cierre de esta edición, jugaban ante River, su escolta, por la sexta fecha de la zona 1.
La Liga está dividida en dos zonas: en la 1 compiten Boca, River, Vélez, Ferro, CEF 5 de La Rioja, Rowing de Paraná, Mupol y Náutico de Rosario. En la 2, Estudiantes, Gimnasia y Banco de La Plata, Tucumán de Gimnasia, San Lorenzo, Atenas de Córdoba, Douglas Haig y Club Argentina Andalgalá (el combinado del seleccionado de Las Panteritas con el club catamarqueño).