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Con el inicio del ciclo lectivo, y el regreso de los alumnos a las aulas, cada vez más cerca, crece la preocupación de los usuarios del transporte público en la capital provincial, Garupá y Candelaria, al notar el mal estado en el que se encuentra una parte de las unidades que utiliza el Grupo Z.
Esto se debe a que -a partir de marzo- la cantidad de pasajeros diaria aumentará con los estudiantes que deban viajar hasta los establecimientos educativos.
Así, pese a los millonarios subsidios municipales, provinciales y nacionales que recibe el sector empresarial, las unidades continúan siendo blanco de las críticas de los usuarios frecuentes. Desde la falta de aire acondicionado hasta de limpieza de las unidades.
Consultados por PRIMERA EDICIÓN, usuarios que se encontraban esperando un colectivo en Uruguay y Maipú graficaron su malestar apuntando a la empresa. “Enoja que seamos siempre los que tenemos que bancarnos el destrato. Nos dejan mucho tiempo esperando bajo el insoportable sol, después te subís al colectivo y no tiene ni aire o hace ruido como si tuviera partes rotas. En ocasiones también llevan más gente de la permitida y viajamos amontonados”, dijo Mariana Ortíz, jubilada del barrio Villa Urquiza.
Mientras que Alberto Sotelo, comerciante del microcentro posadeño, indicó: “Los problemas que tiene el servicio son los mismos de siempre, se repiten todos los años y nunca encuentran solución”.
“Además no hay competencia, esa es la tranquilidad que tiene el empresariado y por eso sigue sin mejorar nada. El mal estado de los colectivos es prueba evidente de que no quieren invertir para darle mejoras al usuario”, remató.
Problemáticas en Garupá
Emilio Acosta es un vecino de Garupá que, tiempo atrás, se movilizó para juntar firmas y solicitar la llegada de otras empresas que se sumen al servicio de transporte público.
Entrevistado por este Diario remarcó que “Garupá fue muy perjudicada por el tema del Sistema Integrado de Transporte porque los colectivos que van hasta transferencia a veces tienen aire, a veces no, pero los recolectores que van a los barrios son unidades muy viejas que no tienen aire acondicionado ni cortinas”.
“Otra de las problemáticas frecuentes es que cambian los recorridos sin avisar o te bajan en la ruta y te hacen caminar hasta la estación de transferencia de UNaM. Nunca te explican por qué”, señaló.
“Pero el tema más grave que sufre Garupá es por el precio. La empresa trazó una línea imaginaria que sería el límite entre el valor urbano e interurbano. Un pasajero que sube cerca de la exgarita y viaja hasta Villa Cabello paga el boleto urbano, pero a veces por una distancia más corta dentro de Garupá el pasajero debe pagar como viaje interurbano, que cuesta unos $6 más, por cruzar esa línea determinada por la empresa. Es algo que no tiene lógica”, añadió.
Así, recordó: “Elevamos notas de quejas, con una gran cantidad de firmas que se juntaron, al Concejo, al Intendente de Garupá, también a la empresa, al director de transporte, a la Cámara de Diputados, pero nadie contestó al reclamo”. “Desde los barrios pedimos que dejen que otras empresas puedan ofrecer sus servicios en Garupá y Candelaria. No nos permiten elegir otro medio de transporte, uno que brinde mejor servicio donde se pueda viajar más cómodo. El usuario está siendo perjudicado”, completó.
Sin competencia
Apuntaron que “no hay competencia, esa es la tranquilidad que tiene el empresariado y por eso sigue sin mejorar nada. El mal estado de los colectivos es prueba evidente de que no quieren invertir para darle mejoras al usuario”.