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El próximo 13 y 14 de marzo y bajo el lema “Estuve sin techo y ustedes me ayudaron”, se concretará en la Diócesis de Posadas la Colecta Cuaresmal Solidaria y en ese contexto el padre Alberto Barros dijo que en el último año creció notablemente la demanda de alimentos en los sectores más vulnerables, lo que genera una mala alimentación en especial en los niños y un panorama sombrío a futuro.
Barros es vicario episcopal para la caridad del Obispado de Posadas y vicepresidente de Cáritas de la Diócesis capitalina y consultado por la FM 89.3 Santa María de las Misiones sobre cuál es la principal demanda social en los barrios de la capital provincial, además de las viviendas, señaló que “durante todo el año pasado, en el contexto de la crisis sanitaria y la recesión económica que hay ahora, un reclamo que se potenció y creció considerablemente fue el tema de los alimentos que en los más pobres pesa mucho la posibilidad de obtenerlos. Porque lo notable es que con la inflación que tenemos los alimentos siempre aumentan por encima de la inflación oficial del INDEC, organismo oficial”.
El sacerdote apuntó que “el encarecimiento de los alimentos hace que la gente sea más pobre, que el que vive el día a día de changas, en el trabajo informal siente que su dinero no es suficiente, tiene menos valor y puede comprar cada vez menos. Eso significa renunciar a todo el alimento a veces necesario o de calidad y eso va generando problemas enormes de alimentación, en especial en los más chicos que significan desnutrición, problemas cognitivos, dificultad de aprendizaje, en la maduración del crecimiento y que vaya creciendo con menos posibilidades de salir adelante en la vida. De alguna manera es una condena silenciosa y terrible a la marginalidad y a la exclusión en la medida que va creciendo”.
Complejidad
Barros remarcó que “hoy el tema del alimento no es un tema menor porque hay muchas familias que no comen lo suficiente ni adecuadamente y esto va generando un futuro sombrío, donde muchos chicos que van creciendo mal, con la falta de aprendizaje suficiente, de dificultades en la escuela, abandono escolar a futuro… es complejo el panorama. Es un tema que creemos que el Estado debe trabajar más profundamente y tomar mucho más en serio todas las dificultades de tantísima gente que está sufriendo en el país”.
Agregó que no hay que olvidarse “de los datos de la Universidad Católica Argentina, llamado Observatorio para la Deuda Social, que nos habla que casi la mitad de la población está en situación de pobreza, que entre 6 y 7 chicos menores de 17 años viven en situación de pobreza, o que uno de cada 3 está en situación grave de carencia de alimentos. Acá en nuestra ciudad capital y del interior, en la periferia ciudadana las dificultades saltan a la vista y no se necesita ser técnico en estadísticas para saber que la pobreza es cada vez más dura”.
Sobre el impacto de la imposibilidad de asistir a clases durante la pandemia, Barros enfatizó que “hay millones de chicos en el país que estuvieron desconectados, siempre preguntamos en los barrios y nos dicen que no pueden conectarse porque no tienen teléfono o Internet y muchos chicos quedaron al margen de la tarea escolar. Eso se va a notar tarde o temprano y son heridas muy fuertes que también generan situaciones de exclusión. El panorama es complicado, aunque nunca es tarde para revertirlo”.
Una colecta que ya lleva dos décadas
Con relación a la Colecta Cuaresmal Solidaria del 13 y 14 de marzo próximos, el padre Barros dijo que “genera mucho entusiasmo porque se ha instaurado hace unos veinte años por nuestro Obispo y se realiza en el contexto de preparación de la Pascua, en un tiempo de Cuaresma que pretende ser un gesto solidario común de todo el pueblo de Dios en una experiencia de comunión de bienes”.
Agregó que “el objetivo y fruto de la colecta, el dinero, se aplica para la construcción de viviendas sociales para familias que están en situación muy inhumana, indigna habitacional. Todo lo que se recaude va a Cáritas Diocesana y con eso a lo largo del año se irán construyendo viviendas sociales que por lo general son de 6×4 o 9×6 de acuerdo a la cantidad de personas de cada familia, a requerimiento de las distintas parroquias que están en las zonas más pobres”.