
Desde marzo del año pasado, empresarios y trabajadores del rubro hotelería y gastronomía, atraviesan meses muy complejos por la nula actividad, en un principio, y escaso nivel de recuperación en las últimas semanas, baja demanda, y complicaciones financieras que preocupan principalmente por el abono de los sueldos.
Así, pese el regreso paulatino de la actividad, desde el sector empresarial afirmaron que sin contar con la ayuda del “Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción” (ATP) se hace muy complicado poder pagar los salarios. Pese a esto, continúan realizando “malabares” para cumplir a sus empleados, pero en el intento van acumulando deudas con proveedores, servicios e impuestos.
En tanto que el gremio de empleados del rubro observa con creciente incertidumbre cómo se disipa “la bocanada de oxígeno” que significó la ayuda del Estado nacional para asegurar, al menos en parte, el cobro mensual.
Al respecto, consultado por PRIMERA EDICIÓN, Gustavo Alvarenga, presidente de la Asociación Misionera de Hoteles, Bares, Restaurantes y Afines (AMHBRA), aseguró que “la hotelería está más complicada que la gastronomía. No estamos igual que en pre-pandemia”.
“El ATP fue reemplazado por el programa REPRO. Con el ATP el promedio que se recibía era de unos $18.000, pero ahora con el REPRO con suerte se llega a $12.000 (por empleado), y en esto hay que tener en cuenta también toda la inflación de un año. Entonces, está muy complicado poder pagar los sueldos, sobretodo en la hotelería que necesita el tránsito de gente de otro lado, de otra provincia o países, y eso está bastante restringido”, destacó.
Al mismo tiempo aclaró que “todo lo que entra es para tratar de pagar sueldos, con ayuda del REPRO, alguna otra ayuda que da la provincia, lo poco que se recauda, todo eso se vuelca principalmente para intentar pagar los sueldos. Y después el resto, lo que es proveedores, servicios e impuestos, se paga si se puede. Esas son hoy las prioridades”.
Consultado sobre el nivel de actividad actual, indicó que “la hotelería no llega al 50% de lo que era antes. Solamente se trabajó bien en la temporada de verano con las cabañas, es algo que es un porcentaje menor en la provincia pero se trabajó bien, ahí se tuvo un buen enero y febrero, principalmente los fines de semana, pero ahora se volvió a un parate y vamos a ver cómo transcurre”.
Sin embargo, en lo que es “la hotelería tradicional todo está costando mucho y no despega porque no hay viajantes de otros lugares, los eventos están parados y las fronteras cerradas. A Misiones siempre vinieron mucho los brasileros y eso ahora hace un año que no está pasando”.
Sin aire
A su vez, Virgilio Acosta, secretario general de la Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina (UTGHRA), comentó a este Diario que: “El ATP fue una bocanada de oxígeno para pagar los sueldos pero ahora ya no existe”.
“A raíz de eso, ahora vemos que muchas empresas no sabrán cómo hacer para pagar los salarios, algunos tendrán que sacar de sus ahorros”, subrayó y completó: “Si ahora no tienen recaudación ¿cómo hacen? La mayoría no está logrando pagar la luz y el agua. Es todo muy difícil”.
“Así empiezan a aparecer los problemas de cierre”, consideró Acosta y sostuvo: “A nivel nacional perdimos cantidad de locales gastronómicos que no pudieron continuar por la poca recaudación, eso se ve en las principales ciudades.”.
“En Oberá tuvimos unos casos de hoteles que tuvieron que cerrar el año pasado. Hamburgueserías, pizzerías también en toda la provincia. En Posadas, en la Costanera hay negocios que están trabajando principalmente los fines de semana pero eso no es lo gastronómico de la ciudad, porque en el microcentro entre semana trabajan poco y nada, lo mismo pasa fuera de las cuatro avenidas”, explicó.
Para finalizar, dijo que “el panorama es muy diferente con lo que era el 2019 y los primeros meses del año pasado, cuando podían trabajar medianamente, tenían el negocio abierto y pagaban a sus empleados. Pero ahora el problema es que nadie sabe cómo se van a arreglar los empresarios para pagar el sueldo sin el ATP”.
“Hace un año estamos acumulando deudas con proveedores y servicios”
Dentro del complejo panorama que atraviesan los hoteleros y gastronómicos, Gustavo Alvarenga, desde AMHBRA, indicó, sobre el cierre de establecimientos, que “hubo algunos, pero también pasa que muchas empresas son familiares y las familias hacen un gran esfuerzo para mantenerse porque son decisiones de vida. Cerrar no es fácil porque es de lo que viven las familias”.
Además manifestó que a nivel general, “se está acumulando mucha deuda. Nadie está al día con todo. Hace un año estamos acumulando deuda, con proveedores, servicios o impuestos”.
Por su parte, Nicolás Ostrorog, empresario de Oberá y propietario del hotel Cabañas del Parque, contó que el lugar permanece cerrado sin fecha cierta para una posible reapertura. Afectado por las complicaciones en la hotelería optó por cambiar de rubro e inaugurar un supermercado.
Sobre la problemática general, resaltó: “En mi caso particular, al estar a cargo del hotel, me endeudé para poner en orden el lugar, luego el Estado me obligó a cerrar y, con un costo operativo mensual que iba entre un millón a un millón de pesos en aquel momento, el Estado me dio solamente 115.000 pesos para sobrellevar la pandemia. Es imposible así”.
“Después conseguí los medio sueldos, y así llegamos hasta julio”, recordó y añadió: “Tuve que volcarme a otro rubro, porque si volvía a abrir el hotel era para darle empleo al grupo de gente que trabajaba ahí. Porque hoy por hoy la ocupación es un problema”.
“Al hacer una proyección financiera del negocio no cerraban los números por la baja ocupación, porque están cerradas las fronteras de Misiones y no hay extranjeros, no hay turismo; y nuestro hotel históricamente vivió de un 33% de viajantes, otro 33% de turismo eventual que puede ser alguien de provincia o lugar cercano, y el resto eran grupos de jubilados, o armados por agencia de turismo. Eso no hay más, entonces es imposible abrir un negocio con ese faltante en la demanda de servicio. Es un gran problema que están pasando todos los hoteles, que no hay grupos de turismo”, opinó.
“O sea ahora, es un 33% de turismo histórico que está deprimido, menos viajantes, y no hay grupos”, graficó y amplió: “Los dirigentes no tienen muy en cuenta estos conceptos pero es lo que está pasando”.
Ostrorog continúo señalando que “por otro lado, hay una lucha feroz por los pocos huéspedes que andan dando vueltas entonces todos bajan los precios. Pero bajar los precios implica resentir la rentabilidad. Entonces hay menos huéspedes, y por cada huésped que viene hay menos rentabilidad”.
“Nadie está haciendo plata con alojamientos”, finalizó.