Sugiero descubrir nuevas harinas como la de almendra, sésamo y arroz que tienen usos casi iguales con algunos truquitos.
Aprender a respirar y consumir líquidos antes de cada comida, lo mejor para mí son infusiones o aguas saborizadas que las puedo hacer fácilmente en casa.
Las infusiones son siempre mi primer paso. Sugiero no comer por cumplir un horario de almuerzo, si seguiré trabajando, ya que muchas veces es perjudicial comer en la oficina y sabemos que cada cuerpo tiene un ciclo, que puede adecuarse a dos comidas diarias sin tener deficiencias.
Entonces desayuno y ceno temprano, pero no como en el trabajo si lo haré a mil o tensa.
Debo tener en claro que cada vez que ingiero un alimento mi sistema nervioso también debe saberlo y debo intentar estar relajada para comer y tomar alguna infusión.
Somos nosotras las que nos creemos indispensables por eso debemos organizarnos y con una infusión que acaricie nuestro estómago como borraja y regaliz, con melisa o lavanda son mágicas para tener preparadas en un termo y tomarlas de a traguitos como infusión tibia o colocarlas con agua fría para tomar durante el día.
Sugiero mezclarlas según la ocasión con diente de león para relajar los músculos estomacales y artemisa para ayudar a la desinflamar y tilo o mazanilla. Siempre relacionar inflamación con relajar.
Estas diferentes mezclas de aguas saborizadas o infusiones de 4 hierbas son mis preferidas para estos casos.
La gastritis es un llamado de atención que tiene varias etapas, cómo y dónde deseo frenarla es la primera pregunta que debo hacerme para frenar y no avanzar con los síntomas.
Nuestro aparato digestivo se relaciona directamente con el sistema nervioso de ahí la importancia del equilibrio que debemos lograr.
Mi cuerpo me pide auxilio ¿qué hago con él? Es lo que siempre digo a mis pacientes con estas patologías crónicas si quiero mantenerme saludable debo conocerme, esta relación es vital para mejorar de raíz.
A veces no es lo que como lo que me distiende y produce síntomas es cómo, para esto la primera solución está en reconocer el proceso y reorganizar mis horarios y costumbres. Cuando la hora del almuerzo llega podemos simplemente descansar pero no comer tensos o ansiosos.
El alimento que ingerimos debe nutrirnos con equilibrio físico y mental y no simplemente cumplir una rutina: desayuno, almuerzo y cena, pero cómo ayudar para que cada nutriente sea productivo. Las conexiones neuronales, intestino y cerebro se regulan por ejemplo, con la respiración y si aprendemos a tomarnos algunos minutos para hacerlo baja la frecuencia cardiaca por que baja el nivel adrenérgico, así absorbemos mejor.
Si este concepto está presente es muy sencillo incorporar el hábito de elegir menos harina de trigo, lácteos y los minutos previos de relajación antes de tomar un nutriente adecuado, en un día agitado de trabajo disminuye las posibilidades de distrés corporal y complicaciones como gastritis y consecuencias respiratorias como tos seca.
Ante cualquier síntoma, lo ideal es parar y tomarme esos minutos para preguntarme: ¿qué está rechazando mi cuerpo, un tipo de nutriente, una situación, un lugar? Siempre pensar para descubrir qué quiere decirme mi cuerpo, no tomar medicación en forma automática.
Es mi mayor sugerencia siempre. Feliz y bendecido domingo cuidándome mucho, escucharme para darme cuenta de qué necesito y si estoy bien todo a mi alrededor estará muchísimo mejor.