La hidratación es la nutrición profunda de la piel, es absorber agua necesaria a fin de que luego vaya liberándola poco a poco para mantenerla suave, tersa, hidratada durante el día. Con el paso de los años, desde los 25, ya necesitas usar cremas hidratantes y sérum para que esa cobertura de grasa nos dé elasticidad e impida que penetren sustancias irritantes. Su uso debe ser diario tanto para varones como para mujeres. No sólo en rostro sino también en manos y pies, pues una piel hidratada es piel saludable.
La pérdida de humedad tiene que ver con la edad.
La hidratación la hace el cuerpo en forma natural a través de alimentos y líquidos que tomamos, un ejemplo de ello son las frutas y verduras, por eso es bueno consumirlas, y paralelamente aplicarnos productos hidratantes como agua de rosas, agua termal o aloe vera.
La humectación retiene la humedad, forma una barrera en la piel para evitar la sequedad. Si estamos pensando qué pieles deben hidratarse y cuáles humectar, lo ideal es que sea cualquier tipo de piel.
A veces se piensa que la piel oleosa no necesita humectación, pero sí con productos específicos como aceite de jojoba, de árbol del té, disueltos en agua o bien en tu crema hidratante colocar 2 gotitas de esos aceites al momento de la aplicación.
Otra soluciones cosméticas son sérum con Vitamina C, ácido hialurónico y beber colágeno.
La humectación, que produce una barrera cutánea e impide que la hidratación se vaya, se realiza tópicamente y llega a capas superficiales de la piel.
Lo que debemos buscar son cremas con urea, pantenol, alantoína, glicerina, ceramidas y aceites esenciales.