Unos 220 mil puestos de trabajo formales se perdieron en el país, según el informe de una consultora, que reconoció que los planes oficiales atenuaron el impacto.
Este número representó una caída del 1,8%, acumulando una destrucción de 446 mil puestos (baja del 3,6%), si se extiende la medición hasta diciembre de 2017.
“En 2020, la actividad cayó 10%, mostrando su peor retroceso desde 2002. Como era de prever, este deterioro impactó en casi todos los frentes de la economía: la demanda, los salarios y el empleo, entre otros, sufrieron la crisis del año pasado”, indicó en su estudio la consultora Ecolatina.
Añadió que “si bien la crisis que se agravó por la pandemia es tan profunda como generalizada, no todos los sectores sufrieron de la misma manera”.
Los rubros esenciales cayeron menos que los no esenciales y en la misma línea, la producción de bienes se redujo menos que la de servicios.
Esta dinámica heterogénea también se verificó en el mercado de trabajo formal: los asalariados privados, los empleos de mayor calidad, fueron los que más sufrieron la crisis (202.000 puestos, 3,4% de caída).
Mientras que los monotributistas y autónomos cayeron “sólo” 1,4% (40.000 puestos), puntualizó el estudio.
En sentido contrario, el empleo público creció 0,6% en sus tres niveles de gobierno -nacional, provincial y municipal-, sumando poco más de 19.000 trabajadores y resaltando el carácter contracíclico del gasto público.
El informe también destaca que en los últimos diez años, sólo 5 provincias no perdieron empleo privado (Neuquén, Chaco, Corrientes, Tucumán y Santiago del Estero) y en 3 el nivel de empleo privado se estancó (Río Negro, Jujuy y Misiones).
Esto es, en la década de “estanflación” iniciada en 2011 dos de cada tres distritos perdieron empleo privado, dice un estudio sobre la situación del trabajo en las provincias.
Fuente: Agencia de Noticias NA