Días atrás se viralizó en las redes sociales un posteo de un kayakista entrerriano e instructor de dicha disciplina que, mientras entrenaba en el río Paraná, fue sorprendido por una yarará que se subió a su bote.
Rápidamente los especialistas salieron a aclarar que no es un fenómeno tan extraño teniendo en cuenta que muchas especies de ofidios -entre ellas la yarará crucera- tienen hábitos acuáticos y en algún momento necesitan una base sólida sobre la que descansar del esfuerzo que realizan al nadar, ya que no es su hábitat predilecto.
Ante eso, la siguiente pregunta que surgió entre los litoraleños es qué hacer en una situación similar. Y desde el criadero de reptiles Alternatus Uruguay dieron la respuesta.
“Quienes realizan estas actividades conocen los riesgos y nunca se deben descartar situaciones de encuentros con serpientes. Hay que estar informado sobre las especies que habitan la zona a visitar y saber cómo actuar ante encuentros en caso de verse en la necesidad”, sintetizaron.
Ante todo, aconsejaron tener “calma: actuar sabiendo lo que se hace ayudará a evitar inconvenientes. Si ella sube y se queda quieta, permitirle estar y descansar. Si comienza a acercarse a nosotros, guiarla al agua con el remo“.
Igualmente apelaron al “respeto“, ya que “eliminar a los organismos que no nos gustan del paisaje convierte nuestra actividad en algo perjudicial para el ambiente. Elige formarte, informarte y no matarlas”, sentenciaron.