Así lo cuenta Cecilia Alemano para La Nación y remarca que tanto es así que se fueron acuñando neologismos –viejennials, madurescentes, gerontolescentes, o joviejos– para referirse a ellos.
Si bien la pandemia detuvo este ímpetu explorador es innegable que los “senior” viven una etapa de liberación con los hijos ya criados, una vida laboral asentada, tiempo para retomar los intereses personales y sin la presión social para impresionar a los demás.
Como lo confirma el periodista canadiense Carl Honoré, experto en captar los espíritus de época. Si en la década del 2000 marcó un hito con su Elogio de la lentitud, abriendo espacio para el movimiento slow, el año pasado, observando lo que ocurre a nivel mundial, publicó Elogio de la experiencia, donde cuestiona el edadismo (discriminación por edad) y defiende el envejecimiento sin estereotipos ni complejos.
Economía pro age
En un mundo donde en 2030 los primeros millennials van a cumplir 50 años y donde el 40% del consumo mundial está representado por personas mayores de 65 años, la economía global empieza a ver el “envejecimiento” de la población como una oportunidad. A tal punto que se empieza a hablar de una silver economy (economía plateada, por las canas) para referirse a todas aquellas compañías cuyo negocio está relacionado con el envejecimiento y que ya vienen registrando un crecimiento sostenido de ingresos y beneficios.
Por supuesto, la “economía plateada” tiene dos caras: una que ofrece productos y servicios relacionados con el envejecimiento activo (desde Best Buy, que compró recientemente GreatCall, una empresa que vende teléfonos amigables con los +50, con pantallas y teclas más grandes, hasta Gillette, que lanzó una línea de afeitadoras para pieles mucho más sensibles y que permiten que un tercero ayude con la afeitada). En cualquiera de los casos, se abren inmensas oportunidades de negocio en salud, alimentación, seguridad, cultura, turismo, ocio, transporte, deporte, moda, cosmética, finanzas y seguros, urbanismo y hasta viviendas inteligentes.
Pero los mayores de 50 también son enfocados como fuerza laboral: para el economista estadounidense Tyler Cowen, el gran desafío es saber capitalizar el potencial de los trabajadores adultos. Compañías como Dow y Accenture ya están fomentando los equipos intergeneracionales con más apertura para tomar empleados +50.
La publicidad viene un poco rezagada y sigue enfocándose prioritariamente en el público joven. Solo en un 4,3% de los anuncios aparecen personas mayores de 45 años. Pero algunas marcas que pisan fuerte ya pudieron ver el potencial de hablarle directamente al adulto mayor. Dove, por ejemplo, lanzó una línea Pro-Age y L’Oréal hace años que contrata a modelos como Helen Mirren, de 75 años, o Jane Fonda, de 83.
Lo cierto es que cada vez son más los que se mantienen saludables y dispuestos a seguir en el tren de la nueva vida amigable con la tecnología.