La de aquel lunes 21 de marzo de 2011 debía ser una jornada más de emoción y felicidad al filo de los imponentes saltos de las Cataratas del Iguazú, pero todo terminó en tragedia.
Esa mañana, dos turistas estadounidenses murieron luego de que una embarcación tipo gomón que realizaba un paseo turístico por la zona dio vuelta campana cerca del salto San Martín.
Las víctimas fatales fueron identificadas como Laura Matevik Eberts, de 29 años, y Philip Musgrove, de 70, en tanto que otros cinco turistas extranjeros (otros dos estadounidenses -entre ellos el esposo de la mujer fallecida-, dos alemanes y un colombiano), además de un camarógrafo que prestaba servicios en el Parque Nacional Iguazú y los dos tripulantes de la nave, fueron trasladados al hospital Samic de Iguazú, donde recibieron las primeras curaciones y en pocos días se recuperaron por completo.
Según las primeras versiones, Musgrove habría sufrido un duro golpe en el parietal derecho que le provocó un grave traumatismo de cráneo que acabó con su vida. Eberts, en tanto, habría muerto por asfixia por inmersión.
Después se supo que Philip Musgrove era un reconocido asesor del Banco Mundial y de la Organización Panamericana de la Salud, mientras que Laura Matevick celebraba su luna de miel con su pareja Robert Eberts, otro de los accidentados, quien recientemente había regresado sano y salvo de una de las misiones estadounidenses en Afganistán.

Todo sucedió alrededor de las 10.50, cuando el gomón “Alex” puso proa una vez más rumbo a la “Gran Aventura”, tal como se denominaba el paseo. Cuando la embarcación llegó cerca del salto San Martín, dio una vuelta campana y lanzó a sus ocupantes hacia las peligrosas aguas de la zona.
La principal hipótesis es que la embarcación impactó con una formación de piedras y se dio vuelta bruscamente, lo que provocó la caída de los diez ocupantes a las aguas del río Iguazú.
Tras el alerta, comenzaron las labores de rescate. Durante varios minutos los pasajeros debieron permanecer asidos a una roca muy próxima al salto, hasta donde llegaron por sus propios medios, ayudados por los salvavidas.
Una vez rescatado, el pasaje fue derivado por el río Iguazú, aguas abajo, hasta el puerto local, donde esperaban tres ambulancias que se encargaron de derivar a los accidentados al hospital Marta Schwarz.
Según confirmó después prefectura, las condiciones de navegación durante esa trágica jornada eran adecuadas para la salida del gomón y éste contaba con todas las habilitaciones que se requieren para realizar este tipo de actividades en las aguas de su jurisdicción. “Todos los pasajeros vestían chaleco salvavidas”, remarcaron.
Patrón condenado
Tres años y medio después, el 27 de agosto de 2014, el capitán al mando del gomón, Mario Alberto Aguirre, era condenado por el Tribunal Penal 1 de Eldorado a dos años de prisión en suspenso por el delito de “doble homicidio culposo” y cinco de inhabilitación para desarrollar la actividad de transporte fluvial de pasajeros.
Durante el debate se consideró probado que hubo negligencia en el accionar del imputado y que la causa de la tragedia no fue un imprevisto.
El salto San Martín es el segundo en caudal y bravura del Parque Nacional Iguazú, después de la Garganta del Diablo. Tiene una cascada de 70 metros y la fuerza del agua que golpea a sus pies genera muchísima turbulencia, provocando un efecto succión.
Por esa circunstancia, precisamente, maniobras como la que efectuó Aguirre resultan arriesgadas y desaconsejables. Esa fue la teoría que dio la mayoría de los expertos que pasaron por los estrados del Tribunal Penal 1 de Eldorado, presidido por la jueza María Teresa Ramos, secundada por los vocales Atilio León y Lyda Gallardo.