Esto es lo que nos contó: la actividad consistió en navegar en piraguas con nuestros perros. Los más tranquilos, permanecieron sentados disfrutando, un par de nerviosos iban bien cerca para poder agarrarlos bien.
Mientras íbamos remando nuestros perros iban sentados disfrutando de los estímulos que ofrece la naturaleza.
Indispensable es el uso de chalecos salvavidas. Les da seguridad por su flotabilidad y les ayuda a mantener la postura horizontal además de que ayuda a que los perros no se cansen tanto pues no tienen que hacer tanto esfuerzo al nadar.
Por eso, 1º brindé ciertas técnicas de “positivización” del chaleco salvavidas, significa familiarizar a nuestro perro con su uso.
Es importante saber que si nuestra mascota no quiere entrar al agua, no hay que forzarla. Más bien trabajar el vínculo, la motivación y la curiosidad para que decida entrar por su cuenta. Nunca lanzar a nuestro perro al agua si no quiere, lo único que conseguiremos es que sienta más miedo y además debilitamos la relación con ellos.
Luego, procuramos que los animalitos participantes se estresen lo menos posible haciendo que se familiaricen progresivamente con el barco, cerca del borde, subiendo y bajando, sin olvidar que tengan su incentivo.
La actividad trabaja la KINESTESIA, que es el conjunto de sensaciones de origen muscular o articulatorio que informan acerca de la posición de las diferentes partes del propio cuerpo en el espacio.
Esto ayuda a nuestro peludo a tener más seguridad y conciencia de dónde coloca cada una de sus patas. Durante el trayecto desembarcamos un rato para destensar y reposar.
Josy y Canelita estaban tan excitados con la novedad de la experiencia que terminaron tirándose, o cayendo, al agua desde el borde pero la resistente asa que dispone el chaleco facilitó subirlos de nuevo.
Fue una actividad maravillosa con la opción de compartir experiencias memorables y reforzar vínculos con nuestros perros.
Tips
• Si tu perro entra en el agua pero no sabe nadar, chapotea, levanta espuma y su cuerpo se queda en posición vertical, es la oportunidad justa para ayudarle a aprender a nadar! Pone tus manos sujetándole la barriga y subiendo la parte trasera del cuerpo para ayudarle a adoptar una postura horizontal en el nado. Deja que sea él el que nade, vos solamente le ayudas a adoptar la postura correcta. Retira esta ayuda poco a poco mientras va corrigendo la postura.
• Cuando es la primera vez trabajar progresivamente, procurar que se estrese lo menos posible. Empezamos haciendo que se familiarice progresivamente con el barco, cerca del borde, subiendo y bajando, sin olvidar que tenga su premio.
• Durante el trayecto debemos hacer que desembarque un rato para destensar y reposar, jugando un rato con su juguete preferido.