La ausencia de soluciones oficiales para los afectados por el descongelamiento de las cuotas de los créditos UVA activó la salida más temida por los endeudados. En los últimos días, y ante la imposibilidad de afrontar las cuotas aumentadas, muchos hipotecados comenzaron a poner en venta sus casas.
Este movimiento es el corolario de todos los avisos elevados por más de 105.000 familias que, ante la decisión del Gobierno de actualizar el valor de los montos mensuales, vienen advirtiendo desde principios de año la falta de espalda para afrontar un acumulado de, cuanto menos, 300% en concepto de aumento de la deuda.
El oficialismo apenas acompañó el fin del congelamiento con un plan de convergencia de 18 cuotas, siempre con la perspectiva de terminar con los montos que quedaron pendientes de la etapa de pagos suspendidos. Para los hipotecados la decisión representó una mochila de plomo: afrontan un pago recargado mientras las cuotas no dejan de subir por efecto de la inflación predominante.
“En el colectivo nos encontramos que cada día hay de 4 a 6 familias que toman la difícil situación de poner en venta su hogar”, dijo a iProfesional una portavoz de Hipotecados UVA. Sin dejar de señalar que, para colmo, la compraventa de inmuebles continúa paralizada por lo cual tampoco existe una salida inmediata.
“Es un tsunami”, añadió en referencia a los tomadores del crédito que ya ofrecen sus propiedades. Débora, precisamente, es una de las hipotecadas que, junto a su esposo, acaban de tomar la decisión de desprenderse de su casa ante la imposibilidad de afrontar las cuotas.
“Nosotros tomamos un Procrear UVA en diciembre de 2017. Nos habíamos anotado en varias oportunidades en el anterior. Salimos sorteados en la gestión de Macri. Empezamos con una cuota baja de 6.000 pesos, hoy estamos pagando arriba de 26.000. Para tener nuestra casa pedimos un monto de 940.000 pesos, recibimos el subsidio que te da ANSeS, y el resto lo pusimos nosotros. Hoy le debemos al banco 3 millones de pesos”, contó a iProfesional.
“Lamentablemente, tuvimos que tomar la decisión de ponerle el cartel de venta a la casa. Congelaron la cuota, pero no la UVA, por lo que siguió aumentando. En su momento, lo que se dispuso es la posibilidad de diferir cuotas. Nosotros optamos por esa medida durante la pandemia, pero marzo fue la última que se pudo diferir y ahora en abril hay que afrontar el pago de las cuotas”, agregó. Remarcó que, en tanto la inflación nunca dejó de acelerarse, “nuestras cuotas no dejaron de aumentar”.
“Estamos hablando de aumentos de más del 300% en apenas 3 años. Hoy se habla de una canasta básica de 60.000 pesos. Es muy complejo enfrentar todos los aumentos que implica sostener una familia más la usura que representan los créditos UVA”, aseguró.
También está la situación de Romina y su familia, que en septiembre de 2017 accedieron a un financiamiento de 3 millones de pesos en cuotas iniciales de 20.000. Hoy deben 9,5 millones de pesos y afrontan pagos mensuales de 75.000.
“Al final los políticos lo lograron. Hoy pusimos en venta el sueño de nuestra familia”, publicó en Twitter. “Los políticos que se comprometieron en solucionar esta pesadilla miran para otro lado. Siempre van a jugar para y por sus intereses”, agregó.
En diálogo con iProfesional, Romina expresó que “es imposible pagar la cuota”, además de señalar que “cuando asumió (Alberto) Fernández, en su campaña y junto a Cristina Kirchner, nos prometieron una solución a nuestro problema y estamos esperando”.
“Necesitamos ayuda. Nosotros queremos pagar. Somos gente trabajadora, no queremos subsidios. Pero esta deuda, que es imprevisible, no la puede pagar nadie. Tenemos dos hijos. O pagamos o comemos. Tuve que poner en venta la casa porque no vemos otra solución”, destacó.
Matías, en tanto, sacó un préstamo UVA en 2017 por algo más de 1 millón de pesos para adquirir un PH. De diciembre de aquel año a esta parte, su deuda subió hasta alcanzar los 3,6 millones de pesos. “Debido a toda esta situación, de esta deuda que es una bola de nieve y con la incertidumbre de no saber qué vas a pagar el mes que viene, con mi compañera hemos decidido poner en venta el departamento”, contó a este medio.
“Tenía una deuda de 3,6 millones de pesos. Averigüé y debo más, porque si cancelo antes de tiempo creo que te ponen un millón más. Quise acceder a un préstamo porque el tema de las viviendas era para la gente que más necesita. Yo pensé que lo iba a poder pagar pero bueno, más de lo mismo con esto”, se resignó Andrea, otra hipotecada que ahora vende su casa, ante la consulta de iProfesional.
Fuente: iprofesional.com