Algo tiene que morir para que podamos re-nacer. En este domingo de Pascua te invito a ponerte en contacto con vos mismo para re-nacer, para conectar con la posibilidad de ser mejor cada día.
Como primer paso es necesario que te observes. Párate en este presente, en este instante y pregúntate:
¿Qué me sana? ¿Qué me daña? ¿Qué me hace bien? ¿Qué me hace mal?
No consultes con otros, te invito a ser el protagonista de este guion. Contesta siendo sincero, chequea tus vínculos, tus costumbres en cada área de tu vida: familiar, laboral, social, personal, individual. No te engañes.
Como segundo paso la propuesta es que esta mirada nueva, esta observación, la hagas de manera compasiva, desde el amor sin prepotencia, sin exigencia, sin juicio. Con paciencia hacia los otros y hacia vos. No se puede transformar lo que no vemos.
Sólo observa para advertir lo que ya no suma a tu vida.
Acepta que el proceso tiene errores y aciertos, pero no hay otro camino para llegar hacia nuestras virtudes, tómalo con el compromiso de descubrirte.
Hacélo desde una actitud sana y de entrega, desde el querer compartir con vos y con otros sin criticar, sin ser ventajero, resolviendo grietas, inspirando a otros a hacerlo. Sin luchar, naturalizando, siendo simples. Entendiendo que en las diferencias está la riqueza, que no te asusten. Cuántas más diferencias puedas aceptar, más rico vas a sentirte, en cambio cuanto más límites, rigideces, juicios y sentencias tengas, más achicas tus posibilidades. Comulguemos con y desde el bien.
El tercer paso es detectar los miedos. Esos miedos que no te dejan hablar de vos, que son tan fuertes que te llevan a vicios y malos hábitos que te hacen tanto daño que no permiten que te elijas a vos mismo. Esos miedos que no te dejan ser espontáneo.
¿Qué miedo tenes? ¿A ser ignorado, abandonado, a la soledad, al fracaso, a no ser suficiente?
Indaga, anímate, reconócelo para hacerle frente.
El miedo es la contracara del amor. El amor nos pone en movimiento, en cambio el miedo nos detiene. Para poder integrarnos con la abundancia y la riqueza de la vida tenemos que darnos la posibilidad de hacerle frente a los miedos.
La vida nos invita constantemente al cambio, todo se actualiza rápidamente, volvamos a mirar, re interpretemos, re signifiquemos para re nacer. No te resistas. Observá para poder detectar lo que te detiene y esclaviza. Sólo así podrás conectar con tu poder personal para sostener un cambio profundo.
¿Qué hábitos, vicios, costumbres tienen que morir para que puedas re nacer?
Reflexiona y elegí desde la confianza y en contacto con el espíritu, con tu ser.
Que lo malo se vuelva abono para que puedas florecer y re nazcas a todo lo que te haga bien.