Hospitales desbordados, falta de recursos, corrupción y mafias. En este escenario terrible se desarrolla la pandemia del coronavirus en América Latina, la segunda región en el mundo con más muertes a causa de COVID-19.
Entre tantos males, en los países latinoamericanos se sigue repitiendo una escena desgarradora, largas filas de personas que esperan conseguir para sus familiares enfermos un tanque de oxigeno que los ayude a aguantar la feroz enfermedad y que en medio de su desesperación acceden a pagar precios desorbitados para evitar que los enfermos más graves se mueran de asfixia.
Según la Organización Mundial de la Salud, alrededor de uno de cada cinco enfermos de COVID-19 necesita oxígeno a concentraciones mayores que las que encuentra en el ambiente. Es tan necesario el suministro de oxígeno para el tratamiento de la enfermedad que sin él contraerla puede llegar a ser fatal.
Para tener una referencia, de acuerdo con estimaciones de la entidad, un paciente grave de COVID-19 que tuvo que ser internado en UCI consume en promedio 15 litros de oxígeno cada minuto, durante 24 horas, por cerca de 15 días. Mientras que un paciente contagiado pero controlado puede consumir de 3 a 5 litros de oxígeno por minuto.
Ese aumento en la demanda por oxígeno medicinal se ha dado principalmente en Brasil, México, Colombia, Perú y Argentina. Y en algunos de estos países las mafias han encontrado en el tráfico de oxígeno un nuevo mercado criminal para lucrarse con la vida de las personas.
Amazonas
De acuerdo con la OMS para febrero Brasil estaba viviendo la crisis de oxígeno más grave desde que empezó la pandemia, algo que comenzó desde el pasado noviembre cuando el país incrementó su demanda de oxigeno a 340 mil cilindros adicionales diarios. Esto hace que hoy en el país se necesiten un suministro cercano a los 2,2 millones de metros cúbicos del gas para lograr estabilizar la situación de los pacientes críticos contagiados de coronavirus.
Las dificultades de Brasil comenzaron por Manaos, una aislada ciudad en su área amazónica. Ahí la demanda diaria de oxigeno se calcula en unos 76 mil metros cúbicos, mientras que las empresas productoras de la zona solo tienen capacidad para suministrar 28.200 metros cúbicos al día.
Un panorama bastante grave si además se tiene en cuenta que Manaos, capital del Amazonas brasilero, es el único lugar de la región que cuenta con una unidad de cuidados intensivos, por lo que concentra la atención de todos los casos graves de COVID-19 en la zona.
Consecuencia de esto es la alta tasa de infecciones en la ciudad que alcanzó al 76% de su población de dos millones de habitantes para octubre de 2020, cuando en otras ciudades, como Sao Paulo, que tiene 22 millones de habitantes, apenas se habían contagiado el 29% de estos. Las cifras hoy del Amazonas brasilero registran 349 mil contagios y 12.015 muertes por coronavirus.
La situación ha llegado a ser tan crítica que los doctores de los hospitales, que ya no daban abasto, empezaron a entregar cilindros vacíos a los familiares de los pacientes para que ellos buscaran cómo recargarlos. Solo fue cuestión de tiempo para que empezaran a conocerse denuncias de mafias capitalizando esta desesperada búsqueda de oxígeno.
El precio del cilindro en esta región vale actualmente un 500% más y medios locales han denunciado que en las calles de Manaos se está pagando hasta 5 mil reales (USD 920) por cada cilindro de oxígeno, pues se ha creado un “mercado paralelo” que contrabandea el preciado gas desde otras partes del país, desde Venezuela, o vende oxígeno industrial como si fuera oxígeno medicinal.
Este mercado criminal viene operando desde finales del año pasado, cuando empezó la escasez del oxígeno, y aunque no se ha identificado una organización particular detrás de él, sí se han conocido casos de pequeños “carteles” que operan robando tanques de oxígeno donado para luego revenderlo a precios inflados por internet.
El pasado 30 de marzo, se conoció la captura de tres personas implicadas en este delito, quienes se habrían hecho pasar por voluntarios de salud para robar los tanques. La policía logró capturarlos rastreando publicaciones en Facebook que ofertaban el oxígeno desde los 2 mil a los 6 mil reales (de 350 a 1.050 USD).
En la diligencia de captura la policía de Manaos encontró 9 cilindros de oxígeno, un vehículo utilizado para transportar el material y 1.500 reales en efectivo (USD 262).
Manaos está como prioridad número uno del “Plan de Oxigeno Brasil” que ha lanzado el Gobierno Nacional para tratar de superar la crisis por la insuficiencia en el suministro del gas.
En Perú
Para el caso de Perú la demanda diaria de oxígeno está en 257.000 metros cúbicos por día, muy por encima de la oferta disponible entre todas las fuentes de suministro públicas o privadas que se vieron abrumadas ante el incremento de un 300% de la demanda durante el nuevo pico de la pandemia.
El problema en el país ha llegado a ser tan grave que en febrero 18 hospitales quedaron sin suministro durante tres días, mientras que afuera eternas filas de personas esperaban por obtener un tanque o recargar el que tenían.
La presión en el mercado de oxígeno ha hecho que los precios incrementen al punto de que un tanque de 10 metros cúbicos puede oscilar entre los USD 330 y USD 690, mientras que el metro cúbico se comercializa entre USD 5 y USD 13.
México también lo sufre
México cerró marzo con 2.24 millones de casos positivos y más de 203 mil muertes por coronavirus. Cifras que muestran lo fuerte que se ha vivido la pandemia en el país que también enfrentó a principios del 2021 una compleja escasez de oxígeno de la que aún no se ha logrado reponer del todo, reportando un faltante de 628.000 metros cúbicos por día, según cifras de la OMS.
Esta escasez produjo las cifras más altas de muertos mensuales que se haya registrado en el país desde que inició la pandemia, 30 mil entre enero y febrero. Y es que sólo en la primera semana de enero la demanda de oxígeno domiciliario aumentó en un 700% en todo el país, según cifras de la Oficina Federal de Protección del Consumidor.
También por esos mismos meses el robo de tanques de oxígeno creció más del 300%, pasando de ser un fenómeno que se concentraba en el centro del país, a extenderse por estados como Nuevo León y Durango.
Según la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) este delito comenzó a tomar fuerza en los primeros días del año, coincidiendo con el pico más alto de contagios que sufrió México desde que inició la pandemia. Así, en los dos primeros meses del 2021 se registraron 45 casos de robo de tanques de oxígeno.
Las autoridades dicen estar dando respuesta al tema y en declaraciones recientes la directora del SSPC, Rosa Icela Rodríguez, afirmó que el 60% de estos casos habían terminado con capturas a los implicados. Sin embargo, a estos delincuentes se les imputa robo simple, por lo que llevar un registro certero es muy difícil.