
Los monos carayá o aulladores son las principales víctimas de los brotes de fiebre amarilla selváticos. Los monos no contagian la enfermedad, sino los mosquitos que cargan el virus.
Con sus propias vidas, estos primates cumplen la función de centinelas pues “avisan” al hombre de la presencia del virus en la selva. Suelen ser las personas que viven cerca de esas zonas selváticas los primeros en enfermarse y ese es el paso previo al ciclo urbano del brote donde interviene un vector conocido por todos: el Aedes aegyti.
Desde hace más de una década, la doctora en Ciencias Ecológicas, Ilaria Agostini, quien es parte del Proyecto Carayá Rojo e integrante de CEIBA (Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico) es la encargada del monitoreo de estas especies de primates en Misiones junto con el Instituto de Biología Subtropical (IBS), nodo Iguazú.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, confirmó que “después de la alerta nación, recibimos reportes por parte de los guardaparques de avistaje de monos carayá en el Parque Piñalito por lo que sabemos que, al menos por ahora, están bien“.
“Periódicamente vamos al parque y casi siempre los escuchamos o los vemos pero el trabajo de los guardaparques es fundamental porque nos mantienen informados periódicamente”, continuó.
Una población pequeña
El brote de 2008 casi eliminó a todos los monos aulladores de Misiones, recién en 2014 se volvió a escucharlos. En la actualidad, según estimó la especialista, no hay más de cien carayá rojos en el Parque Piñalito. Además hubo avistajes aislados de otros individuos en varios puntos de Misiones pero no sabemos si están solos o en grupos.
En cuanto a los carayá negros, que son más comunes, tampoco hay muchos en la Tierra Colorada, “no más de 500”, estimó.