“Profesionales del rubro” o “habilidosos en escruches”, la lista de calificativos es larga y repudiable. Un emprendimiento familiar de Campo Grande quedó literalmente con la “caja fuerte pelada” y los ladrones que ingresaron entre la noche del viernes y madrugada de ayer a robar al supermercado mayorista Agroventas se llevaron un botín que sólo en billetes supera los dos millones de pesos, además de joyas, lingotes de oro, relojes y celulares, valor que no pudo ser estimado hasta anoche.
En Campo Grande desde el 1 de enero hasta el 16 de abril denunciaron treinta delitos contra la propiedad ante la Unidad Regional XI, cabecera en Aristóbulo del Valle. El golpe descubierto ayer, lo remarcaron las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, es histórico y fue cometido con datos precisos y la capacidad suficiente para que nadie oyera un ruido ni viera a ningún sospechoso transitar por la zona de la avenida Los Cafetales en inmediaciones al mayorista mencionado.
A las 7.30 la actual propietaria (28) y su concubino abrieron la puerta principal del supermercado para esperar a los empleados e iniciar la jornada comercial. De inmediato notaron que de un aparador o exhibidor de vidrio desaparecieron todos los smartphones para la venta, nuevos y liberados, además de todas las bombillas de plata, alpaca y acero para mate.
La joven quedó paralizada. “Nos robaron”, alcanzó a gritar cuando su pareja ingresaba a la oficina de administración y se topó con las dos puertas de la caja fuerte abiertas y todos sus estantes y compartimentos vacíos.
La bronca y desesperación fue en aumento para ambos, porque joyas, dinero y recuerdos de toda la familia se esfumaron.
Los ladrones, según los primeros informes, abrieron un círculo en un tinglado en la ampliación del supermercado inaugurada hace pocos meses. Por ese hueco ingresaron con el dato que el local no contaba con sensores de movimiento en su sistema de alarmas, como también sabían que no debían salir del lugar sin llevarse los discos rígidos con las imágenes registradas de las cámaras de seguridad. Este sistema no estaba conectado a ninguna nube de Internet ni servicio de videovigilancia externo.
Se estima que para llevarse el botín necesitaron llenar dos mochilas que también estaban a la venta. Y para esfumarse sólo necesitaron romper el candado interno del portón trasero del sector mayorista del emprendimiento.
Afuera la niebla era espesa, desde las 21.30 del viernes y hasta las 9 de ayer, poco y nada lograron captar las cámaras de seguridad en zona de tránsito en Campo Grande. Tampoco vecinos lograron escuchar golpes, que están seguros los investigadores necesitaron los ladrones para abrir la caja fuerte de 1,80 metros de algo por 40 centímetros de ancho y 60 de profundidad. “Sabían cómo abrirla no fueron improvisados”, resumió una fuente ligada a la pesquisa.
En cuanto al botín, las joyas y alhajas en oro y plata, dos relojes Rolex de caballero y dos Citizen, lingotes finos de oro, triplicarían el monto que hallaron también en efectivo: 1,5 millones de pesos, 2.000 dólares y 50.000 reales. Estimando que la gula existiera como pecado en el hampa, antes de retirarse los ladrones también se llevaron una caja metálica sin llave, que habitualmente se utilizaba en el supermercado para el cambio chico en pesos.